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viernes, 24 de agosto de 2012

El Cerebro ( 2ª Parte)

 
Como quedamos la semana pasada, vamos a continuar con los dos principales aminoácidos que van a estimular los diferentes grupos de neurotransmisores: los  que excitan y los que relajan.

Para el grupo de los excitantes vamos a contar con la Tiroxina y para los relajantes con el Triptófano.
Las Proteínas (carnes, huevos, pescados, legumbres y quesos): Gracias a la absorción del aminoácido Tiroxina, se genera el despertar de importantes neurotransmisores como son la dopamina, norepinefrina, epinefrina y L-dopa, que regulan diversas funciones dependientes de tirosina como la seguridad, el humor o la función mental, la respuesta sexual y el estrés. En particular la dopamina es un neurotransmisor que como su mismo nombre indica, transmite una sensación de vitalidad, claridad mental y potencia intelectual, algo parecido a las anfetaminas y la cocaína; de hecho estas drogas aumentan los niveles de dopamina en el cerebro. 

Es un Importante componente de las hormonas producidas por las glándulas tiroides, vitales para la gestión del metabolismo. Es también necesaria para la formación de melanina, que como sabéis es un  pigmento oscuro que nos protege de los efectos dañinos de la luz ultravioleta.No se trata de un aminoácido esencial pero es uno de los más importantes para nuestro cerebro. El organismo sintetiza de forma natural la tiroxina a partir de la fenilalanina, un aminoácido que solo se encuentra en la alimentación (Todas las proteínas de origen animal o vegetal).

Los Hidratos de Carbono (especialmente pan, cereales, patatas, arroz y pastas de harina integrales): Como consecuencia de la absorción del aminoácido Triptófano,  un aminoácido esencial que solo se puede obtener de la alimentación y sirve para la producción de otro neurotransmisor, la Serotonina. Su acción es calmante, es decir antagonista de la epinefrina y la dopamina. Este es el motivo de que su carencia sea la causa de insomnios, alteraciones del humor y trastornos nerviosos.

Abunda en los huevos, la leche y los cereales integrales. Aquellas personas que siguen una dieta vegetariana tienen un mayor riesgo de padecer deficiencias de este aminoácido, al igual que aquellas otras personas sometidas a altos niveles de estrés. 

Como aminoácido esencial ayuda a que el organismo elabore sus propias proteínas, es esencial para que el cerebro segregue la Serotonina que es un neurotransmisor cerebral, favorece el sueño ya que la Serotonina es precursora de hormona Melatonina vital para regular el ciclo diario de vigilia-sueño, en algunos casos se observa un efecto antidepresivo debido a la Serotonina, esta acción tranquilizante de la Serotonina actúa con un efecto de antiansiedad o ansiolítico.

Todo lo que llevamos escrito no serviría de mucho si no os explicara cómo hemos de comer para poder estimular cuando deseemos, la elaboración de uno de los dos neurotransmisores de los que hemos estado hablando.     

Cuando consumamos proteínas en cantidades más o menos importantes o bien frecuentemente, vamos a aumentar la producción de los neurotransmisores dopamina, epinefrina y norepinefrina gracias al aumento de la presencia de los aminoácidos fenilalanina y tirosina que tan solo se encuentran en las proteínas.

Este proceso va a ser el mismo si lo comemos con hidratos de carbono o sin ellos (es decir si comemos un bocadillo de jamón (hidratos de carbono del pan + las proteínas del jamón), siempre que las proteínas vayan acompañadas de los hidratos de carbono serán estas las que prevalezcan en estimulación a nivel cerebral. El motivo es que Tal como han demostrado investigadores del Richard Wurtmann, a nivel del cerebro existe una especie de barrera que controla de una forma estricta el aporte sanguíneo, y por lo tanto se encuentra establecido que los aminoácidos más abundantes sean admitidos con preferencia para pasar esa frontera, ya que en las proteínas los niveles de fenilanalina son muy superiores a los que contiene de triptófano.

Si consumiésemos las proteínas puras (las famosas dietas hiper-protéicas), es decir solas (sin hidratos de carbono, por ejemplo sin pan) gracias a la acción de la Tiroxina se produciría aún más dopamina, epinefrina y norepinefrina, por lo que las capacidades de concentración y memorización alcanzarían un nivel muy elevado pero también encontraríamos estados de agresividad.  Supongo que en este momento habrá quien esté pensando que esto es estupendo, pero lo cierto es que como dice el refrán “los extremos nunca son buenos”, no podemos estar en una situación de continua excitabilidad ya que podrían aparecer problemas como: Hipertensión, resistencia a la insulina, estrés, obesidad, autismo, párkinson, ansiedad, hiperactividad, dificultades para dormir, problemas para prestar atención, retrasos en el desarrollo, desordenes psicológicos o incluso respuestas alérgicas.  Esto quiere decir que cuando aparezcan algunas de estas patologías tendríamos que empezar por preguntarnos si no estaríamos ingiriendo más proteínas de las que deberíamos.

En cuanto a los hidratos de carbono, su referente es el triptófano en tanto que es el ingrediente constitutivo de la serotonina. Ante la competencia que hemos visto antes con las proteínas, la pregunta es ¿Cómo logramos que  el triptófano llegue al cerebro antes que la tiroxina y de esta forma a través de la serotonina generar el efecto contrario que la tiroxina?, algo tan sencillo como comer únicamente hidratos de carbono, el motivo es que el triptófano para poder entrar en el cerebro necesita que concurra la presencia de insulina. Cuando consumimos hidratos de carbono, se eleva la taza de azúcar en sangre (es algo que todos sabemos) esto da lugar a que el páncreas segregue más insulina con la  necesidad de regular dicha tasa, de ahí que la insulina facilite esta vía de acceso al cerebro.

El triptófano que se encuentre acumulado en nuestro organismo, cuando se den estas circunstancias podrá entonces dirigirse a este en grandes cantidades facilitando de esta forma únicamente la producción de serotonina, notando en líneas generales estados de sosiego o somnolencia según los casos.
Para finalizar hemos contado aquellas patologías que se dan cuando hay un nivel alto de neurotransmisores, ahora vamos a ver qué síntomas o enfermedades podemos identificar cuando se produce una deficiencia.                                                                                                        
Deficiencia en el grupo de los excitantes, es decir cuando los niveles de estos neurotransmisores se encuentran bajos: Cansancio, apatía, fatiga, dificultad para perder peso, falta de motivación, dificultad de atención, Fibromialgia, abuso de drogas y alcohol, palidez, no soporta las tareas rutinarias, problemas para concentrarse, bajo estado emocional, dificultad con la claridad de los pensamientos y una continua sensación de cansancio. 

Deficiencia en el grupo de los relajantes, es decir cuando los niveles de estos neurotransmisores se encuentran bajos: Hiperactividad severa, ansiedad severa, grandes dificultades para conciliar el sueño, estados de tensión emocional, dificultad para el sueño, apetito incontrolado, dolores de cabeza, depresión, desnutrición o insomnio. 

Ya para terminar, me gustaría poner un par de ejemplos de cómo podemos aplicar toda la información de la que hemos estado hablando: 
 
1º) Tenemos un niño que es muy callado, tímido, no pregunta en clase porque le da vergüenza, algo inseguro y para no extenderme más podríamos decir que es muy casero (no le gusta mucho salir a la calle), tendríamos que pensar si últimamente es  tá comiendo muchas pastas (arroz, fideos, pastas, etc.) y pocas proteínas. Si esto es así tendríamos que cambiar la dieta, aumentaríamos las proteínas y bajaríamos los hidratos de carbono (que ya dijimos que son las pastas, arroz, pan, etc.).

2º) Caso contrario, niño expresivo, participativo, todo el día en la calle, (hasta ahora nada malo) pero también es agresivo, mosqueón y con mal genio. Lo primero que tendríamos que pensar si no está últimamente comiendo más proteínas que hidratos de carbono, filetes con patatas, fritos en general como huevos fritos, etc. si es así tendríamos que invertir la dieta, aportaríamos más hidratos de carbono y reduciríamos drásticamente las proteínas. 

Siempre en ambos casos debemos buscar un término medio, que va a depender de las características de la persona: si generalmente es violento tendrá que llevar en la dieta más hidratos de carbono y menos proteínas y si por el contrario es demasiado tranquilo habrá que subirle algo más las proteínas y disminuir los hidratos de carbono.  No os olvidéis que para que en las proteínas los estímulos funcionen cuando se comen estas, no pueden ir acompañadas de hidratos de carbono. Y cuando busquemos lo contrario recordar que en “esa” comida concreta no deben de ir ningún tipo de proteínas.

Tendremos que buscar el equilibrio, y aumentar un grupo u otro dependiendo de las actividades que en un momento determinado vayamos a realizar (glucosa cuando vayamos a estudiar, proteínas cuando estemos deprimidos, hidratos de carbono cuando estemos alterados, etc).

Lamento haberme extendido tanto pero lo he resumido todo cuanto he podido, es un tema bastante extenso, espero haber acertado en cuanto al interés del tema  y haya conseguido haceros ver algo tan importante como es la función cerebral.

Gracias.

2 comentarios:

  1. Es muy interesante lo que has contado y de nuevo repito que para nada se hace pesado los textos al leerlo, al revés muy instructivos. Ramón una pregunta dicen que las mujeres a partir de los 45 años van cogiendo peso y pierden un poco la silueta, me encantaría cuando puedas hiceras un post sobre eso, alimentación y si es conveniente tomar alguna cosa natural para regular un poco. Un abrazo, Angelines.

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  2. Me hago eco de tu solicitud, ya se encuentra apuntado en la lista.


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