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miércoles, 6 de septiembre de 2023

 Importancia del comportamiento en el estado de salud


INTRODUCCIÓN

La Universidad de Murcia, en relación a la definición de estilo de vida se basó en la realizada por la OMS en 1999 donde en el tercer párrafo dice lo siguiente: El Glosario de promoción de la salud (OMS, 1999) define el estilo de vida de una persona como aquel "compuesto por sus reacciones habituales y patrones de comportamiento que se han desarrollado durante sus procesos de socialización. Estos patrones se aprenden en la relación con los padres, compañeros, amigos y hermanos, o a través de la influencia de la escuela, los medios de comunicación, etc. Estos patrones de comportamiento se interpretan y ponen a prueba continuamente en diversas situaciones sociales y, por lo tanto, no son fijos, sino que están sujetos a modificaciones". Desde temprana edad comenzamos a observar el entorno en el que nos encontramos asumiendo y siendo influenciados por aquellas formas de proceder que tienen las personas que nos rodean, esto suele hacerse a través de lo que se conoce como neuronas espejo, un tipo de neuronas que se han encontrado en la circunvolución prefrontal interna y que no sólo integran la percepción en la planificación y ejecución de una acción sino que también actúan como un mecanismo neural que soporta una amplia gama de funciones cognitivas teniendo un papel importante en el aprendizaje motor además del reconocimiento de acciones e intenciones.

La compañía de nuestros padres, hermanos, amigos, redes sociales o medios de comunicación; más tarde o temprano acabarán condicionando nuestra forma de ser y nuestro comportamiento; este tipo de situaciones influenciadas por la naturaleza de estos estímulos dará lugar a una serie de actitudes conocidas como explícitas e implícitas, estas últimas guiarán un tipo de comportamiento que posiblemente acabarán determinando las preferencias que tendremos en ese momento. Obviamente, esta actitud dependerá de lo que hayamos percibido en los primeros años de nuestra vida ya que la experiencia que hayamos adquirido hasta ese momento habrá estado influenciada por el entorno en el que hayamos vivido y donde nos encontremos, lo que podría facilitar que en el peor de los casos y si no tenemos convicciones firmes, posiblemente acabemos desarrollando aquellas actitudes que la sociedad espera que tengamos para afrontar determinadas situaciones y que si bien pueden ser adecuadas para la sociedad en la que nos encontremos, no siempre podrían ser las más adecuadas para nosotros. 

Cuando relacionamos las conductas con temas como la salud deberíamos tener en cuenta que éstas van a estar condicionadas por diferentes procesos biológicos, psicológicos y/o sociales, por lo tanto dependiendo de la importancia que le demos a esta información y teniendo en cuenta el contexto en el que estamos integrados, nos será más fácil elegir diferentes opciones y recursos relacionados con temas de salud; de hecho, cuando enfermamos, dependiendo de la enfermedad de que se trate, en ocasiones debemos reconocer que puede darse una situación que no sólo podría cambiar la vida de la persona que padece la enfermedad sino también la vida de los diferentes grupos sociales de su entorno, como en el caso de la familia, con la posibilidad de fomentar situaciones de estigmatización e incluso discriminatorias, patrones que también se verán influidos por aspectos como la espiritualidad y la satisfacción vital; factores psicológicos que también podrían estar relacionados con la propia conducta de salud.


RESULTADOS

Medios de comunicación 

Uno de los elementos que más nos influyen a la hora de comportarnos de una determinada manera en una situación "social" suelen ser los medios de comunicación de masas, los cuales a través de la utilización de normas descriptivas que pueden ser verdaderas o falsas según se correspondan o no con la realidad que tratan de exponer, parecen generar una influencia indirecta sobre las conductas relacionadas con la prevención de la salud, tampoco hay que olvidar la importancia de los diferentes tipos de roles relacionados con los diferentes tipos de conductas que se desarrollarán como consecuencia de todo ello. La ventaja de este tipo de medios es, por un lado, que en cierto sentido parecen haber animado a los consumidores a obtener información relacionada con temas de salud; sin embargo, por otro lado, existe el problema de que la propia naturaleza de las redes y su escasa regulación tienden a poner en duda la validez de algunas de las informaciones que con mayor o menor frecuencia acaban siendo compartidas. A pesar de todo, hay que tener en cuenta que los medios de comunicación no siempre son negativos, a veces son importantes. En determinados lugares donde estos sistemas de comunicación no están tan extendidos como en nuestra sociedad, ha sido necesario desarrollar otro tipo de sistemas que fueran eficaces como mecanismo para concienciar a la comunidad en un momento determinado, como ocurrió con el problema de la malaria en el municipio de Banmauk, región de Sagaing (Birmania) donde, para llegar a las personas que vivían en aldeas endémicas de la enfermedad, se utilizaron altavoces con la intención de mejorar la eficacia de los anuncios, los resultados demostraron su eficacia con una reducción de la morbilidad. 

Comportamientos o hábitos

Se sabe que conductas relacionadas con la salud como la inactividad física, la baja ingesta de frutas y verduras, el tabaquismo, el consumo de alcohol o el sueño inadecuado son predictores significativos de resultados poco saludables; un estudio realizado con hombres y mujeres relacionado con el consumo de alcohol y tabaco demostró que además del riesgo conocido que ya representaba el tabaco, el alcohol también se presentaba como un riesgo elevado en el grupo de mujeres; la conclusión a la que se llegó fue que en aquellas conductas en las que la salud es el objetivo prioritario, deberían tenerse en cuenta patrones específicos como el sexo a la hora de diseñar estrategias de intervención de este tipo. De hecho, y especialmente en el caso de las mujeres, también se pudo demostrar un mayor riesgo relacionado con el consumo de alcohol en comparación con las mujeres que amamantaban a sus hijos; sin embargo, también se observó que la depresión era dos veces más frecuente entre las mujeres que amamantaban a sus hijos; Curiosamente, se concluyó que, en términos generales, las mujeres embarazadas (a pesar de beber alcohol) tenían mejor salud que las que amamantaban, el problema es que muchas de ellas no podían dejar de beber, desarrollando así un comportamiento desfavorable y, por tanto, un riesgo que podría afectar negativamente tanto a la salud materna como a la fetal.

Comportamiento en los jóvenes 

Una de las conductas más importantes en nuestros jóvenes es la importancia de las horas de sueño necesarias para mantener un buen estado de salud; se ha demostrado que dormir entre 8 y 9 horas favorece la posibilidad de desarrollar menor riesgo en la generación de alteraciones sociológicas. Otro aspecto que parece interferir es el nivel económico de la familia; se ha demostrado que los bajos ingresos familiares tienen un impacto significativo en la salud de los niños y adolescentes. Por otro lado, otro problema importante es el tiempo que dedican a comunicarse a través de las redes sociales, lo que suele derivar en situaciones problemáticas que podrían facilitar la aparición de predisposiciones que en algún momento podrían contribuir al desarrollo de una serie de posibles conductas adictivas relacionadas con sesgos adictivos relacionados con las redes sociales, especialmente las asociadas a Internet.

Sabemos que los pensamientos negativos nunca han sido buenos para la salud, un estudio relacionado con la salud dental de los jóvenes determinó que este tipo de comportamiento vendría precedido de un mayor impacto diario en su salud bucodental; el estudio concluyó que las situaciones de ansiedad que a menudo les acompañan podrían acabar afectando a su vida diaria y a su bienestar psicológico. 

Otra influencia importante que influye en el comportamiento de nuestros jóvenes son los abuelos ya que normalmente y en esta sociedad en la que vivimos son una fuente clave de cuidado para los nietos, desgraciadamente suelen ser marginados en las investigaciones a pesar de la gran influencia que ejercen sobre su desarrollo emocional y su futuro, lamentablemente en la actualidad poco se sabe de esa importante influencia que ejercen sobre ellos dados los pocos datos que existen.

Comportamiento relacionado con el paciente 

Uno de los objetivos a nivel internacional es establecer conductas que minimicen el uso de prácticas restrictivas relacionadas con la salud mental en pacientes hospitalizados; se ha comprobado que los planes de apoyo sobre conductas positivas favorecen mejoras a este nivel; de hecho, un cambio de conducta a favor de un aprendizaje que favorezca el autocontrol positivo podría mejorar el estado de salud y la calidad de vida de quienes padecen enfermedades crónicas. 

En los pacientes que han superado un ictus, el cambio de comportamiento es importante, pero pocos parecen hacer cambios en su estilo de vida. Sin embargo, varios estudios han demostrado que una salud mental negativa favorece comportamientos peligrosos para la salud, además de presentar un mayor riesgo de mortalidad. Aunque la realidad es que cuando enfermamos y nos dicen que el estilo de vida que llevamos puede estar relacionado de alguna manera con nuestra enfermedad, tendemos a pensar que ésta no tiene nada que ver, por lo que no hay necesidad de cambiar; sin embargo, cuando consideramos que el problema es grave, emociones como el miedo parecen facilitar que se produzca ese cambio en la salud. Existen estudios experimentales que nos hablan de cómo los pacientes con cáncer suelen experimentar múltiples malestares emocionales, especialmente el miedo a la muerte. Se han realizado estudios en ratones con xenoinjerto de cáncer de páncreas donde se ha demostrado cómo las situaciones estresantes por miedo en ratones portadores de tumores favorecían la aparición de cierto tipo de comportamientos similares a la depresión, a la vez que se observaba un aumento del crecimiento tumoral.

Es precisamente importante la fase temprana donde la educación de los padres jugará un papel clave y donde la educación de la madre ayudará principalmente al bebé a tener un buen comienzo en su vida futura, ya que la influencia de un mal comportamiento relacionado con la salud de los niños puede no ser evidente hasta más adelante en sus vidas. Sin embargo, y siguiendo con la importancia del bebé, no debemos olvidar que normalmente, además de la madre, suele haber un padre, y se ha demostrado que los hombres y las mujeres tienen más probabilidades de generar cambios positivos en el comportamiento relacionado con la salud si su pareja también lo hace. 

También se ha demostrado que las aplicaciones de dispositivos relacionados con la salud a través de la tecnología móvil se asocian a mayores tasas de conductas promotoras de la salud; sin embargo, ciertos grupos como los ancianos se ven afectados por una brecha digital en la que tienen menos acceso a este tipo de aplicaciones, un problema que es necesario resolver. Por último, no podíamos terminar este apartado sin tener en cuenta la importancia del ejercicio, el American College of Sports Medicine convocó en marzo de 2018 una mesa redonda internacional multidisciplinar sobre ejercicio y cáncer con el fin de evaluar y traducir la evidencia que relaciona la actividad física y la prevención, tratamiento y control de esta enfermedad; aparentemente hay estudios en los que existen una serie de mecanismos por los que la actividad física podría influir en el desarrollo del cáncer como en el caso del melanoma, pero también encontramos otros estudios en los que la actividad física sería beneficiosa cómo ocurre en la prevención del cáncer de mama, colon, endometrio, riñón, vejiga, esófago o estómago; por otro lado, si reducimos el tiempo que dedicamos a conductas sedentarias también podríamos reducir el riesgo de cáncer de endometrio, colon y pulmón.

DISCUSIÓN

A lo largo del estudio hemos podido ver como las conductas influyen a la hora de enfrentarnos a una enfermedad o viceversa, es decir, como una determinada conducta puede acabar favoreciendo o empeorando una enfermedad. Hemos podido ver en varios estudios como consiguen demostrar que una salud mental negativa puede favorecer un comportamiento peligroso para la salud, favoreciendo así un mayor riesgo de mortalidad. Los resultados indican que cuando nuestra conducta favorece un autocontrol positivo podemos conseguir una mejora en los diferentes estados de salud y favorecer una calidad de vida como hemos podido ver en aquellas personas que padecían enfermedades crónicas. Otro factor que también parece influir en nuestro comportamiento lo hemos encontrado en los medios de comunicación con su forma de informar, y cómo los medios sociales influyen especialmente en el comportamiento de nuestros jóvenes como consecuencia del tiempo que suelen pasar frente al televisor o el uso de videojuegos; un comportamiento que en un alto porcentaje acabará favoreciendo la inactividad física y la disminución del número de horas de sueño necesarias, aspecto importante a tener en cuenta dada la importancia que éstas representan en la prevención no sólo de la salud sino también del aspecto emocional. En referencia a los jóvenes, un aspecto importante en cuanto al comportamiento y su relación afectiva es la influencia que ejercen los abuelos, desgraciadamente existen pocos estudios que estudien esta importante relación, sería conveniente fomentarlos para conocer de una forma más veraz la influencia que realmente ejercen sobre ellos. También hemos comprobado la importancia del miedo en enfermedades como el cáncer, emoción que siempre acompaña a este tipo de enfermedades y que favorece una disminución del sistema inmunológico y por tanto un mayor riesgo de agravamiento de la enfermedad. Sin embargo, sería necesario desarrollar más estudios en la misma línea para averiguar hasta qué punto los diferentes tipos de comportamiento pueden estar relacionados con las enfermedades, ya que hay preguntas importantes que deberían ser respondidas, he aquí algunas de ellas: qué tipo de comportamiento está relacionado con qué tipo de enfermedad; ¿los posibles problemas vividos en la infancia influyen de alguna manera en el comportamiento? Y si es así, ¿podríamos pensar "presumiblemente" que el origen de la enfermedad podría encontrarse en un mal control de esas experiencias infantiles; podría asociarse un determinado comportamiento con una enfermedad concreta; podría la información de los medios de comunicación favorecer realmente el desarrollo y/o empeoramiento de las enfermedades? Posiblemente aún queden muchas más preguntas por responder. Es posible que el comportamiento que hemos adquirido y mantenido, y que en cierta medida nos ha afectado emocionalmente, tarde o temprano acabe afectando también a nuestro organismo como consecuencia de su relación con el sistema nervioso autónomo dado el poderoso efecto que las emociones tienen sobre él. 

CONCLUSIÓN 

Hemos visto como la salud se ve influenciada significativamente por la existencia de determinados patrones de conducta; debemos prestar especial atención a aquellas actitudes que hemos mantenido a lo largo de nuestra vida y que nos han afectado emocionalmente porque tarde o temprano también podrían acabar afectando a nuestro organismo. Es importante conseguir conductas que favorezcan el estado de salud, donde las respuestas que tengamos ante los problemas que surjan en nuestro día a día predominen siempre aquellas que sean positivas y no negativas.



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