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lunes, 31 de agosto de 2020

¿Podría nuestra forma de pensar ser la responsable de la vida que llevamos?



Nuestra forma de pensar hace que seamos de una forma u otra, pero esta forma de pensar y comportarnos hace que vivamos en nuestro día a día una realidad determinada, ¿sería posible que esta realidad que estamos viviendo en un momento determinado de nuestra vida pudiese ser la culpable de esos aciertos o errores que nos pueden hacer felices o infelices y que pueda llegar a facilitar el desarrollo de futuras enfermedades?. 

Dentro del campo de la Neurociencia, la Física Cuántica y la Neurología se ha podido demostrar que cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro; pero lo curioso es que cuando cerramos los ojos e imaginamos ese mismo objeto, la actividad cerebral es la misma; la cuestión es que, si el cerebro refleja la misma actividad cuando «ve» que cuando «siente», ¿cuál es entonces la Realidad? el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales se encuentran implicadas, por lo tanto para el cerebro tan real es lo que se ve como lo que se siente; por lo tanto la forma en la que pensamos sobre nosotros mismos llega a terminar convirtiéndose en nuestra realidad, de esta forma lo que pensamos influye directamente en cómo nos sentimos y cómo nos comportamos; por lo que podemos llegar a la conclusión de que con nuestros pensamientos creamos nuestra propia realidad. (Cobaleda, Nacho. 2019).  

Pero ¿Cómo pensamos y llegamos a crear esa realidad?  

"cogito ergo sum", Descartes decía Pienso luego existo. Nuestros pensamientos siempre nos han acompañado y nos acompañan en nuestro día a día desde antes de nuestro nacimiento, hay quien piensa que los niños empiezan a pensar antes de aprender a hablar y que entienden cosas acerca del mundo que no tienen porqué encontrarse desarrolladas con la palabra, explica Gergely Csidra, catedrático de Psicología Cognitiva del Brikbeck College de la Universidad de Londres (ABC sanidad, 2008); por otro lado, científicos en Francia detectaron una señal en el sistema nervioso de los infantes que marca el inicio de la consciencia visual; en otras palabras, la habilidad de ver y recordar, un momento que puede ocurrir desde una edad tan temprana como pasados los cinco meses desde el nacimiento (BBC, noticias. 2013). 

A lo largo de nuestra vida nuestro aprendizaje no ha dejado de crecer continuamente gracias al entorno en el que nos hemos movido: la influencia de nuestros padres, la convivencia familiar, el colegio, los amigos, el lugar donde nos hemos criado, los recursos materiales de los que hemos podido disponer, la influencia de los medios de comunicación, etc... y que gracias a la motivación que hemos desarrollado nos va a permitir crear una realidad en base a unos conceptos que habrán estado relacionados con todo el proceso de aprendizaje que hasta ese momento hayamos podido tener. Se sabe que parte del cerebro fija lo que es capaz de ver, y que no distingue el mundo exterior (lo que estamos mirando) del mundo interior (lo que no estamos mirando), por lo que permite crear una realidad a partir de la percepción de nuestros recuerdos y de aquellos estímulos que influyen en nuestros deseos e ilusiones; esta situación, nos puede permitir afirmar que es nuestro cerebro el que realmente nos permite ver la realidad. 

Cuando llegamos a la edad adulta suelen aparecer en nuestra mente una serie de imágenes del pasado que son activadas mediante algún tipo de estímulo, permaneciendo más arraigadas y profundas aquellas que en cierta medida nos impactaron de alguna forma especial en un momento determinado de nuestras vidas como puede ser el caso de un accidente, una pérdida personal, un dolor o una desilusión daría lugar a lo que conocemos como pensamientos negativos; pero también podemos tener imágenes de pensamientos positivos que estuvieron relacionados con sucesos que nos han salido bien o de situaciones felices que hayamos tenido en nuestras vidas; sin embargo en muchas ocasiones logramos confundir nuestros recuerdos con nuestros sueños, entre otras cosas porque ese deseo de transformar nuestra realidad va a permitir que empecemos a generar cambios en nuestras vidas y por lo tanto en nuestros pensamientos, haciéndonos de esta forma cambiar nuestras actitudes, hábitos y rutinas diarias con el único fin de alcanzar aquella meta que nos habíamos propuesto, de esta forma se va a poder facilitar que podamos crear esa realidad que estábamos buscando; toda esta situación va a facilitar el que podamos llegar a tener un conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno, un aspecto que se conoce como "conciencia" (Conciencia, 2017) y que definitivamente es la que llega a escoger la realidad que vamos a vivir (lo que conocemos como nuestro comportamiento); es entonces cuando la intención y la emoción ligadas a la motivación llegarán a ser el único pensamiento que terminará estableciendo los límites cuando sigamos el camino que nos indican nuestros pensamientos y emociones, en virtud de este concepto Richard Feymann, dijo "No puedo definir el problema real, por lo tanto sospecho que no hay un problema real, pero no estoy seguro de que no lo haya", por lo tanto si la forma de comportarse del mundo depende de cómo o de si lo miramos o no ¿que puede significar realmente "la realidad"? (Ball Philip BBC Earth. 2017); en vista de todas esta reflexiones podríamos llegar a la conclusión de que todos nuestros pensamientos, bien sean positivos o negativos afectan a nuestra realidad y por lo tanto también al rumbo de nuestras vidas (Cardenas Espinosa, R.D. 2010). 

Para la Dra. Candace Pert, directora de la división de bioquímica cerebral del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras emociones, según su opinión la mente no se encuentra encerrada en el cerebro mediante alguna definición nítida, sino que se encuentra proyectada a todas las partes del espacio interno de nuestro cuerpo, donde los neurotransmisores y compuestos bioquímicos como el ADN no pertenecen solo al cuerpo ya que la mente y este son asonbrosamente parecidos; por ejemplo, hoy se conoce como la insulina, una hormona que siempre se había relacionado con el páncreas también se produce en el cerebro o cómo compuestos químicos cerebrales como el transferón se producen en el estómago. Todo se encontraría unido y todas las partes del cuerpo podrían crear lo que el cuerpo necesita. De acuerdo con el físico Bearden "los pensamientos se recolectan y se unen por su similitud de frecuencia y forma", por lo tanto, somos lo que pensamos (El Adán de Buenos Ayres. 2015).


Todos nuestros pensamientos se encuentran relacionados con nuestras observaciones, la observación de un hecho influye en la forma en que ese hecho es percibido, es decir que un mismo hecho no se ve de la misma manera por dos observadores distintos (Serrano, C. 2019). Como dice el físico Eugene Winger dos personas pueden contemplar una misma realidad y llegar a conclusiones diferentes  (Ceballos, N. 2019). No olvidemos que cuando observamos pensamos y entonces aparecen cierta emociones que en realidad son las que van a marcar nuestra vida y nuestro futuro (al menos el inmediato). 


Reflexión 

La vida que llevamos es fruto de nuestros pensamientos, si nuestra vida es amarga o desgraciada es porque pensamos que la vida es amarga y por este motivo nos sentimos desgraciados; en este caso, como dice la Dra. Pert nuestras células se van a ver alteradas y por lo tanto es muy posible que terminemos enfermando; sin embargo si pensamos que nuestra vida es alegre y a pesar de los contratiempos que esta nos va presentando lo vamos superando como algo normal y natural es muy probable que nuestra salud se mantenga más o menos bien. Como en el caso de los dos observadores, ante la posibilidad de ver dos realidades distintas deberíamos procurar que ante una situación adversa demos siempre prioridad a ver lo positivo de la situación y no lo negativo; no olvidemos que van a aparecer unos estados emocionales que tenemos la obligación y necesidad de aprender a controlar. Posiblemente sea la única forma de seguir adelante en nuestro día a día.  


BIBLIOGRAFÍA

ABC, sanidad 2008. Los niños empiezan a pensar antes de aprender a hablar.

 BBC, noticias 2013. ¿Cuando un bebé empieza a ser consciente?


Cobaleda, Nacho, 2019. Con nuestros pensamientos creamos nuestra realidad. 


Cardenas Espinosa, R.D:; La Física cuántica y el pensamiento humano. Contribuciones a las Ciencias Sociales, 2010. https://www.eumed.net/rev/cccss/08/rdce2.htm
 



Ceballos, Noel; 2019. Un nuevo experimento cuántico sospecha que la realidad no existe.


El Adán de Buenos Ayres. 2015. La física cuántica revela la unión entre mente, emoción y materia. Divulgación científica. 



Serrano, Carlos. BBC Mundo, 2019 ¿Existe la realidad?; el experimento que comprueba por primera vez que a nivel cuántico no hay hechos objetivos.  
https://www.bbc.com/mundo/noticias-47491699



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