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domingo, 2 de junio de 2013

Intolerancia a la Lactosa

Dado que hemos estado hablando de las alergias, me ha parecido importante tocar el tema de la intolerancia a la lactosa, un problema no reciente pero que últimamente se escucha con una relativa frecuencia.


¿Que es la lactosa y que es la lactasa?

La lactosa es un azúcar (un disacárido de glucosa y galactosa) que no es común en la naturaleza y que aparte de la leche, tan solo parece encontrarse en algunas flores. Su síntesis se encuentra regulada en las hembras que han de amamantar y que van a demandar muchísima energía.

En cuanto a la lactasa, se trata de una enzima que se produce en el intestino delgado y que juega un papel imprescindible en el desdoblamiento de la lactosa, cuando los niveles de lactasa son bajos, puede que no se desdoblen sus dos componentes básicos (glucosa y galactosa), siendo entonces cuando aparecen los problemas para digerir la lactosa.   


Síntomas

El problema de la intolerancia a la lactosa consiste en la incapacidad de digerir alimentos que contienen lactosa. La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche y en aquellos alimentos preparados con leche,  esto ocurre porque no hay suficiente lactasa en el organismo, esta situación da lugar a que la lactosa no se divida en el intestino delgado, pasando entonces al intestino grueso, favoreciendo de esta forma que las bacterias fermenten produciendo gases y ácidos. Después de que hayamos ingerido alimentos que la contengan es posible que aparezcan inflamaciones del estómago, o síntomas como gases, nauseas, calambres o diarreas. Este proceso puede aparecer entre los 30 minutos y las 2 horas después de haber consumido cualquier alimento o bebida que contenga o haya contenido lactosa.


Pero ¿porqué ocurre todo esto?

Todos nosotros cuando nacemos, ya lo hacemos con una cantidad suficiente de lactasa. Se trata de una enzima cuya misión es digerir la lactosa, se define como un polisacárido o azúcar complejo que se encuentra presente en la leche de todos los mamíferos, con excepción de los pinnípedos (focas, leones marinos y morsas). El motivo es que las moléculas de lactosa son demasiado complejas para atravesar las paredes del intestino delgado y por lo tanto para que puedan absorberse, antes deben descomponerse en monosacáridos o azúcares simples, en concreto, glucosa y galactosa, esta transformación en azúcares simples depende de la acción química de una enzima llamada "Lactasa".


Pero ¿Porqué se pierde esta capacidad?, Según el Antropólogo Marvin Harris, una posible explicación es que a medida que las crías de mamífero se desarrollan y ganan peso y tamaño, sus madres ya no pueden producir la suficiente leche para satisfacer sus necesidades de nutrición. Las madres deben prepararse para nuevos embarazos y para cuidar y alimentar nuevas criaturas, obligando a los descendientes mayores a buscar alimentos propios de adultos.
Desde el punto de vista genético, la regla es que una vez hayamos terminado el periodo de lactancia (que en el ser humano dura entre los 2 y 4 años de edad), la lactasa empieza a disminuir, por lo que ya no podemos digerir  aquellos alimentos que en mayor o menor medida contengan lactosa. Al parecer la deficiencia en lactasa es lo normal, mientras que lo anómalo es tener una suficiencia en lactasa, es decir, poseer la capacidad de poder digerir el azúcar de la leche en la edad adulta.

Esta falta de producción de lactasa afecta al 75% de la población mundial, variando mucho su prevalencia según la región y la etnia, siendo más común en personas de ascendencia asiática, africana, hispana y nativos americanos. Hoy se conoce que el principal grupo de individuos capaces de absorber la lactosa, vive en Europa, al norte de los Alpes. Más del 95% de los holandeses, daneses, suecos y escandinavos tienen la suficiente lactasa como para digerir grandes cantidades de lactosa a lo largo de sus vidas. Al sur de los Alpes predominan predominan niveles altos a intermedios, que descienden a niveles intermedios a bajos en España, Italia y Grecia. 

La leche no contiene ningún nutriente que no se pueda obtener a partir de otros alimentos de origen animal o vegetal, sin embargo según el Dr. Harris (al menos desde un punto de vista cuantitativo) existe una relación entre el color de la piel y la insuficiencia en lactasa, la piel que varía de la blancura absoluta a tonos sonrosados es tan anómala como la deficiencia en lactosa durante la madurez. Según sus indicaciones, la mayor parte de la humanidad posee una piel de color oscuro o moreno, y es posible que hace apenas unos 10.000 años no existieran en parte alguna seres humanos cuyo color de la piel se pareciese a los de los actuales habitantes de la Europa septentrional. La combinación doblemente excepcional de tez clara y suficiencia en lactasa no es para el sin embargo una coincidencia, al parecer una piel clara favorece la absorción de Calcio gracias a la síntesis de la vitamina D, por lo que en aquellos lugares donde no abunda el Sol, la obtención de calcio se verá asegurada por una mayor capacidad de los niveles de lactasa; mientras que cuanto más al Sur nos vamos el color de la piel se torna más oscura, con lo que los niveles de lactasa serán inferiores, ya que gracias a esta abundancia de Vitamina D, se podrá sintetizar mejor el Calcio, ¿una casualidad o una realidad?, mas bien una adaptación. 


Actualidad

El problema que nos podemos plantear, es que no podemos estar seguros de que tarde o temprano no vayamos a padecerla algún día. Sabemos que se trata de una enzima que va disminuyendo con el tiempo, al igual que nuestra capacidad de síntesis de las proteínas. Afortunadamente se diagnostica con más frecuencia gracias a los nuevos avances tecnológicos y al interés que la medicina actual parece estar prestando a los problemas alimenticios. 

Hemos de tener en cuenta que la lactosa, aparte de que la encontremos en la leche y sus derivados, también se encuentra presente en los embutidos, panes, patatas fritas, y hasta en los medicamentos . Se trata de una azúcar muy empleada en la industria alimentaria con el fin de dar textura a las comidas, por lo tanto  tendremos que tener en cuenta que cuanto más elaboración industrial tenga un alimento, más posibilidades habrá de que contenga lactosa, al menos así es como piensa Oriol Sans "Presidente de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa" (El País, 20 de febrero de 2012). 



Conclusión

¿Realmente es necesaria la leche o sus derivados?

Francamente, creo que no son necesarios, existen muchas fuentes para la obtención de calcio, se trata de un mineral muy presente en la naturaleza y en muy diversas cantidades, yo diría que más que por la cantidad, deberíamos preocuparnos por asegurar su absorción.

Hay un artículo que en lo que se refiere a la leche y sus derivados que es "demoledor no solo con la leche sino también con sus derivados", os aconsejo que lo leáis, es muy interesante: 

Personalmente no soy partidario de los extremos, no estoy de acuerdo con la leche(especialmente cuando pasamos de los 40 y vivimos en zonas donde abunda la luz solar), pero creo que de forma esporádica no es ningún problema que de vez en cuando tomemos alguno de sus derivados, especialmente los quesos curados que prácticamente no contienen lactosa.

Tampoco hemos de olvidar que los productos lácteos inciden en la eficacia y absorción de algunos medicamentos, especialmente los antibióticos, :tetraciclinas y penicilinas orales, además de la absorción de los suplementos de hierro (especialmente de interés en los casos de embarazadas y anemias) y de aquellos laxantes que contengan magnesio, es por este motivo por lo que se recomienda esperar al menos dos horas antes de tomarlos.

Las fuentes de Calcio, además del Sol, también las encontramos en mayor o menor medida en los alimentos. De mayor cantidad a menos, la encontramos en carnes, frutas, pescados y cereales, verduras, legumbres, y frutos secos que son los que lo contienen en mayor cantidad, sin embargo no debemos caer en el error de la importancia de "la cantidad", no olvidéis que tan importante como el mineral, es quizás el que pueda ser absorbido y aprovechado por el organismo.

Por lo tanto y resumiendo,  habría que tener en cuenta las siguientes condiciones: ya que el calcio es un mineral que se encuentra repartido por la naturaleza, deberíamos empezar por llevar una alimentación lo más variada posible (proteínas, verduras, legumbres y frutos secos), por otro lado, dado que el sistema renal favorece la fijación del calcio en los huesos, el agua de beber debería ser lo más desmineralizada posible. En cuanto a las proteínas, hemos de tener en cuenta que estas al igual que el calcio, necesitan unos niveles de secreción gástrica elevados, y que con la edad estos niveles van disminuyendo, si ya hemos pasado de los 40 o tenemos problemas de absorción, deberemos potenciar y facilitar esta absorción incrementando un poco los niveles de sal (por supuesto sal marina sin refinar que no favorece la hipertensión), utilizando finalmente la piña como postre o guarnición ya que la piña escinde las proteínas por lo que facilita su metabolismo.



En cuanto a aquellos que sois intolerantes a la lactosa, me gustaría recordaros en primer lugar que ni la leche ni sus derivados son necesarios para la vida una vez pasado el periodo de lactancia, pero en caso de querer ingerir en algún momento alguno de ellos, me gustaría que tuvieseis en cuanta estas recomendaciones:

- Los quesos curados prácticamente no contienen lactosa.

- En caso de comer algún alimento que lo vaya a contener, es preferible que lo hagáis con el estómago lleno, 
   es decir junto con una de las comidas principales.

- No olvidéis leer las etiquetas teniendo en cuenta que el orden de la lista en la que aparecen los distintos
   componentes del producto indica la cantidad del ingrediente, y por lo tanto los que tienen menos 
   cantidades se encuentran al final de la lista.

- Finalmente recordaros que algunos medicamentos también pueden contener lactosa, así que consultarlo
   antes con vuestro médico.

Para finalizar quiero que entendáis que no se trata de una enfermedad, ya que el 75% de la población es intolerante, sino que más bien se trata de una especie de mecanismo que en cierta forma nos indica que la lactancia ya no es necesaria, y que por lo tanto debemos buscar otra fuente de obtención que se adapte mejor a nuestra evolución como especie humana (tened en cuenta que el hombre es el único ser vivo que después del periodo de lactancia sigue bebiendo leche.


Hasta la próxima.

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