Ante todo quiero que me perdonéis por la densidad de este artículo, pero he considerado dada su importancia extenderme un poco más de lo habitual. Se trata de un tema muy importante que estamos viviendo todos los días y del que posiblemente no tengamos consciencia del peligro que representa para nuestra salud.
La mayor fuente de información se encuentra rescatada de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria conocida como AESAN.
Que son los metales
pesados:
Para AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria) los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad relativamente alta y cierta toxicidad para el ser humano, su peligrosidad es mayor al no ser química ni biologicamente degradables. Una vez emitidos principalmente debido a la actividad industrial y minera, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años, contaminando el suelo y acumulándose en las plantas y los tejidos orgánicos. Además, su concentración en los seres vivos aumenta a lo largo de la cadena alimentaria.
Algunos de los metales pesados tóxicos más conocidos son el Aluminio, Arsénico, Cadmio, Plomo y Mercurio; sin embargo y quizás los menos conocidos, y para mí, los más peligrosos son los hidrocarburos derivados de la combustión de la gasolina sin plomo: el Benceno y el n-Hexano (más adelante hablaremos de ellos)
Vamos a conocerlos un poco más de cerca
Aluminio
El aluminio
es un mineral que se encuentra muy abundante en los suelos aunque también se
suele encontrar en forma insoluble y no disponible en las plantas. La vía de
absorción es muy baja y se elimina por vía renal, por lo que los niveles de
acumulación en los animales va a ser prácticamente nula; tan solo nos debe
preocupar cuando es utilizado como floculante de las aguas públicas en forma de
sulfato de aluminio, además de los posibles utensilios y latas que puedan
contenerlo. En el mundo moderno resulta
muy difícil la ausencia de contacto de una forma u otra, se utiliza en la
cocina, en la elaboración de cosméticos e incluso en muchas ocasiones forma
parte de los aditivos de muchos alimentos, incluso, lo podemos encontrar en los antiácidos, desodorantes y colorantes artificiales.
Síntomas
Existen estudios que lo vinculan con el
Alzheimer, con daños en el sistema central , el digestivo y los riñones.
Con el fin de que si tenéis interés en profundizar en el tema, he pensado colgaros algunas direcciones relacionadas con cada uno de ellos. En este caso estas dos direcciones:
Arsénico
Estoy seguro de
que este mineral os suena mucho ya que es uno de los más tóxicos que se
conocen. Es considerado como la sustancia más nociva, y se encuentra en mayor o
menor medida en prácticamente todas las fuentes de agua potable del planeta
como consecuencia de su contaminación a causa de los distintos procesos
industriales, el uso de pesticidas y la filtración propia de la naturaleza.
También lo
encontramos como parte de la composición de las pinturas, del veneno para las
ratas y la producción del vidrio.
Su acumulación
es lenta y se elimina por vía renal.
Síntomas
Es causa de problemas respiratorios,
neurológicos y cardiovasculares. También se le asocia al cáncer de pulmón,
riñón, hígado, vejiga y piel.
En la
actualidad la fuente más importante son los vegetales y pescados cultivados en
suelos y aguas contaminadas, raramente suele estar asociado con productos de
anímales domésticos.
Cadmio
Según AESAN, El Cadmio es un componente de la corteza
terrestre que se encuentra en pequeñas cantidades asociado a minerales de cinc,
cobre o plomo. Su contenido medio es minoritario y está estimado en torno a
0,10-0,15 mg/Kg. Su presencia en el medio ambiente es, por tanto, de origen
natural, a través de la erosión, pero su nivel puede verse incrementado por la
acción del hombre, debido principalmente a actividades como la minería o
también derivado de su uso en distintas aplicaciones (pinturas, baterías, etc.).
Tiene muchas aplicaciones industriales por lo que su liberación al medio
ambiente se ve incrementada por la acción del hombre (quema de combustibles
fósiles, metalurgia, incineración de basuras) y por el uso de fertilizantes a
base de fosfatos y de lodos residuales.
“También se encuentra particularmente en el tabaco, la
cantidad de cadmio absorbido con el humo del tabaco puede ser equivalente a la
ingerida con la dieta”.
Dado su potencial de acumulación en hígado y riñones en
los animales, los niveles más altos encontrados en alimentos se dan
precisamente en despojos comestibles (riñón>hígado y otros despojos
comestibles). También se encuentran niveles altos en el marisco, debido a que en
muchos casos se consume el animal entero incluyendo vísceras donde se concentra concentrado. En productos de origen vegetal, los mayores niveles se encuentran en
algas, cacao, setas silvestres y semillas oleaginosas. En cuanto a la
exposición, destacar que el grupo de alimentos que más cadmio aporta a la
ingesta total es el de los cereales, no por contener un nivel alto, sino debido a la cantidad que se consume en la dieta.
En algunos países europeos, entre los que se encuentra
España, se consume, además de la parte “blanca”, otras partes de los crustáceos
como puede ser la cabeza de las gambas, langostinos, cigalas, etc. y el cuerpo
de los crustáceos de tipo cangrejo, cuyos niveles son altos debido a
que el cadmio se acumula principalmente en el hepatopáncreas que forma parte
del aparato digestivo de los crustáceos, localizándose además en la cabeza. La
situación en los demás crustáceos, como las gambas y similares, no es tan
extrema como en el caso de los cangrejos, ya que el aprovechamiento de la
cabeza con respecto al abdomen es menor. Los datos disponibles apuntan a que la
ingesta cuando se consume la cabeza supone 4 veces la que se
obtendría al consumir solo el abdomen.
En cuanto a los problemas que plantea, para AESAN se
trata de un elemento que presenta numerosos efectos tóxicos, siendo la disfunción
renal la principal causa como consecuencia de una exposición prolongada, de ahí que tenga un
impacto negativo sobre la calidad del alimento y esté sujeto a medidas, tanto a
nivel europeo como a nivel internacional. El reglamento 1881/2006 fija los
contenidos máximos para este metal en ciertos productos alimenticios, en
particular en carne, vísceras, productos de la pesca, cereales, frutas y
hortalizas.
Aproximadamente se absorbe un 5% del cadmio presente en
los alimentos. En riñón puede concentrarse hasta el 85% de la carga corporal (WHO, 1992). Se considera que este es el órgano diana crítico tanto en la
población general como en poblaciones expuestas
El cadmio se acumula en el organismo, principalmente en
el hígado, estando su vida media estimada en humanos se encuentra en unos 20-30 años. Los
alimentos son la principal fuente de exposición para la población no
fumadora y tras largos periodos de exposición puede producir efectos adversos fundamentalmente
en el riñón pero también en los huesos, por lo tanto también puede causar problemas de desmineralización, bien de forma directa o indirectamente como
resultado de la disfunción renal. Después de una prolongada y/o alta
exposición, el daño tubular evoluciona de manera que se produce una disminución
de la tasa de filtrado glomerular, pudiendo llegar a provocar un fallo renal y, a
largo plazo, cáncer. La Agencia Internacional de Investigación sobre el
Cáncer (IARC) ha clasificado el cadmio como un agente de categoría 1
(cancerígeno para los humanos) por existir suficiente evidencia científica que
lo avala.
Se recomienda limitar, en la medida de lo posible, el consumo de la carne
oscura de los crustáceos, localizada en la cabeza, con el objetivo de reducir su exposición.
Síntomas (solo los más comunes)
El contacto crónico provoca anosmia, enfisema, anemia
microcítica hipocrónica que no responde a tratamiento con hierro, proteinuria,
aumento de la microglobulina 2 urinaria, calciuria, osteomalacia y fracturas.
La inhalación puede producir dolor pleurítico, disnea,
cianosis, fiebre, taquicardia, náusea, edema pulmonar.
Con la ingestión puede provocar náuseas, vómitos,
cólicos, diarrea. En altas dosis, provoca vómito, diarrea e irritación en
estómago y pulmones. La exposición prolongada se ha asociado con cáncer de
pulmón e hipertensión.
Plomo
Según AESAN el plomo es un contaminante medioambiental
natural, muy usado en el pasado en tuberías de agua, pinturas y gasolina. Los
alimentos y el agua de bebida, junto con el aire, son su principal fuente de
exposición humana. Sin embargo
también lo encontramos baterías, armas, PVC y pesticidas.
El plomo se acumula en el cuerpo y afecta principalmente
al desarrollo del sistema nervioso central en los niños. En adultos se ha
asociado su presencia con la aparición de hipertensión y enfermedades renales
crónicas. En 2006 la
Agencia Internacional para la Investigación del
Cáncer (IARC) clasificó el plomo inorgánico como probable carcinógeno para los
humanos (Grupo 2A). Desde los años 70 se han implementado en Europa numerosas
medidas legales para eliminarlo de las pinturas, gasolinas, latas de
alimentos y tuberías.
Ante la falta de evidencia de umbrales de toxicidad para
una serie de efectos críticos en la salud, en 2010 las agencias evaluadoras del
riesgo (EFSA y JECFA) consideraron apropiado retirar el anterior umbral de
seguridad toxicológica existente hasta ese momento para el plomo en alimentos ya que carecían de suficiente información científica para derivar uno nuevo. Actualmente no hay una ingesta tolerable
recomendada para el plomo, sin embargo, EFSA (Agencia Europea de Seguridad
Alimentaria)y JECFA (Comité de Expertos Conjunto FAO/OMS en aditivos
alimentarios) han expresado su preocupación sobre el posible efecto negativo
del plomo en el desarrollo neuronal de bebés, niños y fetos a los niveles
actuales de exposición a través de la dieta, por lo que recomiendan tomar
medidas para identificar las principales fuentes de plomo en esta así como
identificar también los métodos para reducir esta exposición de los alimentos.
Su exposición al ser humano produce graves efectos en el
cerebro y en la evolución mental de los niños. Entre otras enfermedades, se
encuentra directamente implicado en alteraciones de la sangre como anemias y
leucemias, insuficiencias renales, enfermedades neurológicas, cardiovasculares
en los adultos y problemas en el desarrollo fetal.
La absorción del plomo en el adulto por vía oral es aproximadamente
de un 10 % pero en los niños puede verse incrementada hasta un 50%. Este plomo
absorbido se distribuye por distintos órganos y tejidos como son el riñón,
hígado, encéfalo y huesos, es precisamente en estos últimos donde se localiza
la mayor cantidad.
Su contaminación podríamos decir que se puede producir
por tres vías:
La digestiva, poco importante salvo que haya problemas de
higiene de manos o contaminación de los alimentos, especialmente las verduras.
La vía pulmonar que dependerá del tamaño de las
partículas, cuanto más pequeñas peor, también de la concentración ambiental,
tiempo de exposición y de las posibles debilidades pulmonares que padezca. Una
de las principales vías de entrada eran las gasolinas, pero al eliminar el
plomo de ellas, han dejado de ser una amenaza (de todas formas creo que hemos
perdido en el cambio, ya que ahora la contaminación es por benceno y n-Hexano
que desde mi punto de vista son mucho peores, más adelante hablaremos de ellos).
Finalmente otra posible vía de entrada son las lesiones en la piel, que podrían facilitar su penetración, tales como las excoriaciones o heridas.
Síntomas
Dolor abdominal, irritabilidad, letargo, anorexia,
anemia, síndrome de Fanconi, piuria, convulsiones. La exposición aguda origina cefalea,
artralgias, mialgias, depresión, alteraciones de la memoria a corto plazo,
pérdida de la libido. Los análisis de laboratorio revelan anemia normocítica normocrómica,
punteado basófilo y retrasos motores en la conducción nerviosa.
Ampliar información:
Mercurio
Según AESAN: El mercurio es
un componente natural de la corteza terrestre que se libera al medio ambiente a
través de procesos naturales como consecuencia de la actividad volcánica y la
meteorización de las rocas. Sin embargo, también puede liberarse debido a la
acción del hombre a través de numerosas actividades como la industria papelera,
extracción minera de mercurio, combustión de combustibles fósiles, producción
de cemento, eliminación de residuos, etc.
El mercurio se puede
presentar en el medioambiente de tres formas distintas: Mercurio metálico o
elemental (Hg0), mercurio inorgánico (Hg+ y Hg++) y como mercurio orgánico. El
metilmercurio (CH3Hg+) es la forma orgánica de mercurio más común en la cadena
alimentaria y además es la forma química más tóxica afectando
sobre todo al sistema nervioso central en desarrollo, de ahí que la población
más sensible a este metal sean los niños pequeños por exposición directa a
través del consumo de alimentos, y los fetos humanos por exposición indirecta a
través de la placenta materna durante el embarazo.
Esta forma
química puede llegar a representar más del 90 % del mercurio total en
pescado y marisco. EFSA llegó a la conclusión de que los niveles de mercurio
descubiertos en los alimentos que no son pescado ni marisco, eran menos
preocupantes.
Su forma orgánica
(metil-mercurio) posee una elevada toxicidad, se disuelve fácilmente en la
grasa y atraviesa la barrera hemato-encefálica y la placenta pudiendo provocar
alteraciones en el desarrollo neuronal en niños de corta edad, en el feto a través de la placenta y al bebé a través
de la leche materna por procesos hormonales. Mediante estos procesos la madre puede
llegar a traspasar del 40 al 60% de su carga al niño, a todo esto también tendríamos que añadir el aire contaminado por
la industria y los coches (por la tecnología de combustión).
Derivado de la contaminación
medioambiental, los peces acumulan mercurio en su organismo a lo largo de su
vida y esto ocurre especialmente en aquellas especies de gran tamaño como los
grandes depredadores. El hecho de que estos grandes depredadores suelen ser
migratorios, hace que no sea posible excluir los pescados de las aguas menos contaminadas.
RECOMENDACIONES DE LA AGENCIA ESPAÑOLA
DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIÓN PARA POBLACIONES SENSIBLES: MUJERES
EMBARAZADAS O EN PERIODO DE LACTANCIA Y POBLACIÓN INFANTIL
Se recomienda a las mujeres
embarazadas o que puedan llegar a estarlo, mujeres en periodo de lactancia y a
niños de corta edad (entre 1 y 30 meses) consumir una amplia variedad de
pescados, por sus grandes beneficios nutritivos, evitando consumir las especies
más contaminadas con mercurio cuyo consumo debe limitarse en determinadas
etapas.
Las recomendaciones para el
consumo de Pez espada, Tiburón, Atún rojo (Thunnus thynnus: especie grande, normalmente consumida en
fresco o congelada y fileteada) y Lucio son las siguientes:
Mujeres embarazadas o que puedan
llegar a estarlo o en período de lactancia. Evitar el consumo
Niños < 3 años. Evitar el
consumo
Niños 3-12 años. Limitar a 50
gr/semana o 100gr/ 2 semanas (No consumir ningún otro de los pescados de esta
categoría en la misma semana).
Una mujer embarazada (60kg) que
ingiera una ración (100 g)
de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de
metil-mercurio.
Un niño de entre 7-12 años (35 kg) puede consumir sólo
media ración (50 g)
de pez espada a la semana y ningún otro de los pescados grandes en esa misma
semana.
El mercurio en
particular se fija en diferentes partes del cuerpo humano. Principalmente
afecta a órganos como el hígado, los riñones y el corazón, provocando
diferentes alteraciones en ellos. Pero también afecta a las articulaciones, al
tracto intestinal, a los huesos, a la sangre y especialmente a todo el sistema
nervioso incluido el cerebro. Hay muchos síntomas que están relacionados con el, pero no directamente provocadas por el mismo debido a las
alteraciones que produce sobre la barrera hematoencefálica. Esto provoca
cambios emocionales (sistema límbico), perturbaciones del sistema auditivo y
visual y otros síntomas del sistema nervioso, no siempre provocados por el
mercurio mismo. En el espacio intracelular el mercurio provoca daños en las
mitocondrias, nuestras fábricas de energía (fatiga).
Las harinas de pescado son
la única vía probable de entrada de mercurio en la cadena alimenticia a través
de los animales terrestres al ser una fuente de mercurio orgánico que se
absorbe y acumula en músculo en porcentajes elevados (Underwood y Suttle, 1999).
Otra de las fuentes más
comunes de contaminación en las personas son las amalgamas dentales y el
consumo de pescados y mariscos contaminados. Los peces más contaminados de
consumo frecuente son el jurel, el blanquillo, y el
marlín.
Parece ser que existe la
posibilidad de que algunas vacunas contra la influenza (aquellas que no son monodosis)
contengan Tiomersal, un conservante de mercurio utilizado durante décadas. También se le ha vinculado con el autismo,
Síndrome de Atención Dispersa y el asma.
Sintomas
La inhalación aguda de vapor de Hg° origina neumonitis
y edema pulmonar que provoca la muerte, síntomas del SNC y polineuropatía.
El eretismo mercurial provoca excitabilidad, pérdida de la memoria, insomnio, timidez y delirio ("loco
como una cabra"). En las pruebas neuroconductuales se observa reducción de
la velocidad motriz, la exploración visual, la memoria verbal y visual y la
coordinación visual-motriz.
Los niños que tienen contacto con mercurio de cualquier
tipo pueden desarrollar acrodinia ("enfermedad
rosa"): rubor, prurito, edema, taquicardia, hipertensión, salivación o sudoración
excesivas, irritabilidad, debilidad, eritemas morbiliformes, descamación de las
palmas de las manos y las plantas de los pies.
Los metales pesados pueden penetrar en nuestro organismo
por dos vías:
-
La
digestiva a través de los alimentos.
-
La
respiratoria a través del aire que respiramos.
Vamos a empezar por los alimentos:
De los 106 elementos conocidos por el
hombre, 84 son metales, por lo que no sería de extrañar que las posibilidades
de contaminación metálica en el ambiente sean numerosas.
Los
metales pesados que se encuentran en los alimentos, provienen de diversas
fuentes, las más importantes son: el suelo contaminado en el que se producen
los alimentos que posteriormente van a ser utilizados por el hombre y los
animales; los lodos residuales, los fertilizantes químicos y plaguicidas
empleados en agricultura, el uso de materiales durante el ordeño, el almacenamiento
y transporte de la leche, así como la contaminación por metales pesados de los propios alimentos y el agua que ingieren los bovinos, y que al final terminan afectando la
calidad de la leche.
Para AESAN: Los alimentos consumidos en grandes cantidades son los que tienen el
mayor impacto en la exposición al plomo. Estas categorías que más contribuyen a
la exposición incluyen pan y bollos (8,5 %), té (6,2%), agua del grifo (6,1%),
patatas y productos derivados de la patata (4,9%), productos lácteos
fermentados (4,2%) y bebidas como la cerveza (4,1%), aunque esto puede variar
entre los grupos de edad y encuestas.
Veamos
a continuación aquellos alimentos que parecen presentar una mayor presencia de
metales pesados y otros contaminantes:
-
Cereales
El trigo es
uno de los cereales más limpios, pero muchos de los aditivos que se utilizan al
preparar harinas contienen aluminio, no se trata de un metal tan tóxico como otros,
pero al ser su presencia en nuestra alimentación mucho más alta el riesgo de
contaminación se hace evidente. Se le vincula con problemas mentales como
Alzheimer y varios tipos de cáncer. Se especula que el arroz, que es uno de los
cereales más óptimos para el organismo por su nivel de alcalinidad, podría
estar contaminado con arsénico.
El maíz es
otro de los alimentos que, después de los mariscos contiene mercurio. Se
han encontrado niveles importantes de mercurio en el jarabe de maíz de alta
fructosa, un sustituto económico que podemos encontrar en los alimentos
procesados.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19171026
- Leche
Una de las formas en que los animales se protegen de
los metales pesados es encapsulándolos en los depósitos grasos, donde pueden
pasar toda la vida sin afectarnos. Muchas personas, cuando bajan de peso o llevan
a cabo una dieta de desintoxicación pueden presentar estados de debilidad,
dolor de cabeza y se vuelven fácilmente irritables. Es posible que se deba
entre otras causas a que, al disolverse las grasas, las toxinas que se
encontraban acumuladas en ellas vuelvan al torrente sanguíneo.
En el caso de los seres humanos y otros mamíferos
cuando producen leche, está claro, que
en los depósitos de grasa van a servir como trasmisores de toxinas, es por este
motivo por el que la leche de vaca suele transmitir antibióticos, pesticidas y
otras toxinas que la vaca ha ido acumulando a lo largo de su vida, de hecho la
leche de vaca se usa como parámetro de control de los niveles de plomo y
radiación, ya que refleja la radiación circundante
-
Zumos
Una prueba de la Environmental Law Foundation detectó
niveles elevados de plomo en 125 de 146 productos diseñados para niños
presentes en los mercados de Estados Unidos, incluyendo productos orgánicos. Igualmente,
una publicación de Consumer Report encontró arsénico al estudiar 88 zumos
diferentes en aquella población que confirmó que los consumía. Los principales
alimentos que presentaban contaminación fueron los zumos de uvas y manzanas. En
estos casos es posible que la contaminación sea debida a la propia
contaminación de las tierras de cultivo, donde el plomo puede permanecer
durante años.
-
Vino
La uva, desafortunadamente, tiende a estar contaminada
con plomo y arsénico, y éstos no se eliminan durante la producción. La mayoría
de los estudios de contaminación por plomo en las zonas vinícolas se han
llevado a cabo en Francia, debido a que en este país se han encontrado niveles
importantes de plomo en el agua potable.
Otro contaminante presente en el vino son los
sulfitos, que causan reacciones alérgicas, desde dolor de cabeza hasta choques
anafilácticos. Sabemos que los sulfitos se encuentran presentes en el vino,
pero también los encontramos en las frutas secas, en las carnes y en los
mariscos.
-
Mariscos
Los mariscos son reconocidos como la principal fuente
de intoxicación por mercurio. Este metal se encuentra en el agua por fuentes
naturales y también por la contaminación industrial. Los niveles de toxicidad
han vuelto a muchas especies insalubres, y virtualmente todos los océanos están
ya contaminados; mientras más longevo y más grande sea el marisco, más
mercurio tendrá.
Por lo tanto debemos de restringir el consumo de peces como tiburón, pez espada, jurel y atún. Es preferible el consumo de pescados blancos, peces pequeños y jóvenes.
-
Carnes
El plomo es uno de los metales más vigilados en la
carne. Está presente en la leche y sus derivados y en las zonas de mayor
concentración de grasa. Los animales de granja absorben también los
contaminantes presentes en el alimento que consumen, por lo que están expuestos
a contaminación de cadmio, aluminio y mercurio.
-
Agua potable
Parece ser que el agua del grifo se encuentra muy
contaminada por plomo en muchos países, principalmente en Europa y Estados
Unidos. El plomo también llega a los mantos acuíferos a través de la basura,
tanto la producida en casa como aquellas que se producen en las áreas
industriales.
El arsénico es otro veneno presente con regularidad en
el agua y estrictamente vigilado por distintos gobiernos. Al parecer se miden
niveles “aceptables” de arsénico en el agua, por lo que, incluso cuando el agua
es declarada segura, puede contener este contaminante.
La radioactividad es otra amenaza que se transmite por
agua potable. Lo más amenazante de la radioactividad en el agua es su
desplazamiento, contrario a lo que ocurre en la tierra, donde la radiación es
relativamente contenida por la arcilla, en el agua sigue viajando
indefinidamente, causando mutaciones, cánceres y daños genéticos en plantas y
animales. Se calcula que derrames radioactivos como los de Chernobyl o
Fukushima tendrán efectos en la salud durante 300 años.
También el aluminio en el agua es una amenaza real,
que sin embargo es vigilada en muy pocos lugares, sólo Canadá y Australia
tienen reglamentaciones estrictas sobre los niveles de aluminio en este medio.
Ahora vamos a ver cómo está el aire que respiramos
Supongo que no es la primera
vez que vais a saber que el aire que respiramos se encuentra contaminado, en
especial en las grandes urbes o capitales. Se conoce que la consecuencia en
estas grandes capitales no son tanto las grandes fábricas como la combustión de
los vehículos que por ellas circulan diariamente.
Es cierto que el plomo era
uno de los peores contaminantes pero no sé si ahora estamos mejor o peor que
antes.
Vamos a ver la ficha de
datos de una petrolera conocida, de los componentes peligrosos que contiene la
gasolina sin plomo que conocemos como normal/súper:
Según este informe de la
petrolera los riesgos que presenta para la salud humana son los siguientes:
El contacto prolongado y/o
repetido puede resecar la piel originando dermatitis.
La exposición prolongada a
concentraciones de vapor superiores al TLV ( Valores Límites Permisibles)
establecido pueden causar: aturdimiento, dolor de cabeza, vértigo, náuseas,
irritación de los ojos y vías respiratorias altas, anomalías cardiacas,
convulsiones, asfixia, inconsciencia o incluso la muerte.
Su contenido en Benceno puede
ocasionar leucemia, el n-hexano puede metabolizarse a otros productos pudiendo
ocasionar neuropatías. En condiciones normales de utilización no se espera que
la presencia de estos productos puedan presentar peligros toxicológicos ("muy curioso").
Síntomas:
Las exposiciones prolongadas a
los vapores cuya concentración esté por encima del límite de exposición laboral
recomendado pueden producir: Reducción del razonamiento, dolor de cabeza,
vértigo, náuseas, irritación de los ojos y de las vías respiratorias,
irregularidades cardiacas, convulsiones, asfixia, inconsciencia e incluso la
muerte.
Las salpicaduras en los ojos
pueden ocasionar irritación transitoria.
Por ingestión puede producir
irritación de las vías digestivas, diarrea y vómitos.
La aspiración por los
pulmones puede producirse directamente o como consecuencia de la ingestión del
producto. Esto originaría neumonía química que puede ser mortal.
Aquí tenéis el archivo en PDF por si queréis verlo
completo:
¿Qué os parece?
Como siempre no se contempla el riesgo que a largo plazo pueden tener
pequeñas exposiciones repetidas en el tiempo(como cuando repostamos con el
sistema de autoservicio). Resulta también muy curioso que en lo que se refiere
a la información toxicológica, los datos no se encuentren determinados de forma
específica para este producto sino que se
encuentran basados en datos toxicológicos obtenidos de productos similares.
Por otro lado, también he encontrado un
estudio del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de CEDIPSA (que
conocemos como CEPSA) realizado en Murcia que resulta muy interesante:
Este es el enlace en pdf por
si queréis verlo completo:
Dentro de los componentes de interés que contiene la gasolina, el que merece especial atención por su clasificación como cancerígeno humano de categoría 1 es el benceno. Tenemos una amplia información sobre su toxicidad, así como sobre la determinación de las concentraciones ambientales y biológicas, está descrita en la NTP 486: “Evaluación de la exposición a benceno: control ambiental y biológico”.
Para
el Gabinete de Seguridad y Salud Laboral de la Región de Murcia, en un
estudio realizado en todos los tipos de gasolina se observó un incremento exponencial
en la concentración de BTX (Benceno, Tolueno y Xileno) en la atmósfera,
detectándose diferencias estadísticas significativas entre las concentraciones
ambientales en función de la temperatura ambiental, incrementándose
potencialmente el riesgo de exposición en los periodos cálidos.
Las
conclusiones a las que se llegaron fueron que las condiciones climáticas,
especialmente en países con elevadas temperaturas en verano, podía suponer un
incremento del riesgo de exposición al benceno tanto para el personal que
suministra la gasolina en las estaciones de servicio como para la población que
realiza el autoservicio de combustible.
Ninguno de los informes dice como controlar o contrarrestar la inhalación por algunos de estos dos productos (Benceno y n-Xileno), he
buscado información, pero no he podido encontrar ninguna que nos diga cómo
combatir la posible intoxicación por inhalación.
En realidad
no parece existir ningún tratamiento específico que pueda controlarlo o
eliminar su acumulación en el organismo.
En cuanto a la toxicidad de otros componentes,
como tolueno y xilenos, la ACGIH
considera que a altas concentraciones (>200 ppm) pueden causar
encefalopatías, dolores de cabeza y otros efectos adversos para el feto en
mujeres embarazadas. En exposiciones crónicas a tolueno (de 50 ppm a1500 ppm
durante tres semanas) se han descrito efectos tóxicos relacionados con el SNC y
el sistema renal.
La “International Agency for Research on Cancer
(IARC)” dispone de una monografía sobre la gasolina en la que la clasifica como
cancerígeno 2B (posible carcinógeno para los humanos) dado que no hay una
evidencia de carcinogenicidad en humanos y evidencia limitada en animales. Sin
embargo, se describen casos de una mayor incidencia de diferentes tipos de
cáncer (leucemia, páncreas) entre los trabajadores de las estaciones de
servicio en varios países europeos.
Supongo que a esta altura del estudio estaréis algo deprimidos, pero no os preocupéis porque para todo hay una solución posible.
COMO RESOLVEMOS EL PROBLEMA, ES DECIR COMO PODEMOS
ELIMINAR DE UNA FORMA NATURAL LOS METALES PESADOS DE NUESTRO ORGANISMO.
Ya sabemos que los metales
pesados no pueden ser metabolizados por el cuerpo humano, por lo que terminan
acumulándose y generando efectos tóxicos al combinarse con otros componentes
que son esenciales para un buen funcionamiento fisiológico. Por ello vamos a
utilizar unos compuestos llamados Quelantes,
cuya misión es competir con los metales por los grupos reactivos de origen
fisiológico evitando o revertiendo de esta forma sus efectos tóxicos a la vez
que se incrementa su eliminación.
El tratamiento de
eliminación de metales pesados que se le conoce comúnmente como quelación nació
en la época de la segunda guerra mundial y originalmente se creó para
tratamientos por intoxicaciones por metales pesados como: plomo, mercurio,
cromo, cadmio, vanadio y otros, pero después el interés principal fue para
controlar los restos de metales que contribuían al deterioro de los alimentos.
Los quelantes son complejos
formados por la unión de un metal y un compuesto que contiene dos o más
ligandos potenciales. La estabilidad o efectividad de estos quelantes va a
depender del metal y los átomos de los ligantes.
Cuales
son las propiedades que debe tener un quelante.
-
Alta
solubilidad en el agua.
-
Gran
afinidad por los metales.
-
Que
planteen resistencia a la biotransformación.
-
Que
tengan capacidad para llegar a cualquier sitio donde se pudiera almacenar el
metal.
-
Que
tenga capacidad para poder formar complejos no tóxicos a partir de estos
metales tóxicos.
-
Que
no altere el PH de los fluidos corporales y su eliminación sea rápida.
Estos quelantes, podemos
encontrarlos de forma artificial o natural, pero nosotros vamos a utilizar la
quelación natural.
Muchas son las sustancias naturales
que actúan como quelantes, sin embargo las más comunes o más conocidas son la
clorofila, el glutatión, algunas enzimas y las vitaminas.
Nuestro cuerpo tiene su
propio mecanismo de eliminación de toxinas. Existen agentes quelantes propios
como la cisteína, la histidina, las
metalotioneínas (proteínas ricas en cisteína que tienen la capacidad de unirse
a todo tipo de metales pesados, tales como zinc, cobre, selenio, cadmio,
mercurio, plata o arsénico) junto a otras que también tienen la capacidad de
eliminar los metales pesados y otras toxinas.
Estos quelantes, son los
llamados aminoácidos, nuestro organismo sintetiza estos aminoácidos de las
proteínas de la dieta. Por ejemplo, sintetizamos la cisteína de la metionina,
un aminoácido que se encuentra en la cebolla y los ajos.
Conforme vamos envejeciendo,
nuestras células pierden esa capacidad de producir quelantes, por lo que a lo
largo de nuestra vida son más necesarios los suplementos con el fin de eliminar
los metales pesados y otras toxinas que se hayan ido acumulando. Por lo tanto
queda clara la necesidad de aumentar el consumo de proteínas de plantas y
animales con el fin de poder mantener en activo la quelación natural.
El Cilantro, Culantro,
Coriandro o también conocido como perejil chino junto al ajo son dos plantas
que tienen un gran poder como quelantes naturales.
Culantro y Ajo
Existen dos plantas muy
importantes en la quelación de los metales pesados, y estas son el Culantro y
el ajo.
Varios estudios demuestran la gran capacidad del Culantro en la eliminación de metales pesados
tales como el mercurio, aluminio y plomo. Según el Dr. Yoshiaki Omura, su consumo frecuente puede facilitar
la eliminación de metales pesados por vía urinaria en un plazo de dos o tres
semanas
Además, el ajo, que contiene
ácidos quelantes aminoácidos L-metionina y la L-cisteína, moviliza
los extractos de cadmio, plomo, arsénico y mercurio dentro de nuestros cuerpos
para que puedan ser eliminados. Siendo también un alimento con poderosas
cualidades antibióticas y antivirales que ayudan a eliminar los metales
pesados, sería conveniente introducirlos de forma diaria en la dieta.
Se podría afirmar que prácticamente todas las plantas que producen azúcares, aminoácidos, vitaminas, e incluso las grasas, actúan como quelantes efectivos. Las patatas y judías blancas, alubias o frijoles aportan una cantidad nada despreciable de L-lisina, mientras que la cebolla y las lentejas aportan L-metionina.
El uso diario de vinagre de
manzana (un quelante algo más débil conocido como EDTA) sería muy efectivo si
lo tomásemos diariamente (por ejemplo en las ensaladas).
Por otro lado, también
encontramos alimentos que ayudan en esta eliminación de metales pesados, como
por ejemplo el suero de la leche, rico en Glutatión que ayuda en la homeostasis
celular y es un gran antioxidante que facilita que se remuevan los metales
pesados, ya que también contiene grandes cantidades de cisteína (según el
centro médico de la Universidad de Pittsburgh)
Existen, por otro lado,
alimentos que ayudan al cuerpo a combatir gradualmente los efectos de los
metales pesados, y su consumo no tiene efectos secundarios, sino que incluyen
además múltiples beneficios para el cuerpo.
Otros minerales como el Zinc
y el Selenio se encuentran muy relacionados con el sistema inmunológico, lo
encontramos en el arroz integral, la avena y los melocotones.
En cuanto al grupo de
vegetales podemos contar con el grupo de las crucíferas: coliflor, coles de
Bruselas o la col.
Comentario final:
De todo este estudio, lo que
realmente me ha llamado más la atención es la intoxicación por Benceno, me
parece increíble que llevemos tanto tiempo con este problema de contaminación, y que al día de
este estudio, aún no hayan encontrado un tratamiento que anule los efectos
mortales que produce este hidrocarburo.
Prácticamente existe
quelación para todos los metales conocidos, por ejemplo:
Para el plomo se utiliza el
edetato de calcio disódico (CaNa2EDTA) o la D-penicilamina.
Para las sustancias
radiactivas como plutonio, torio, uranio, y radioitrio se utiliza el ácido dietilentriaminopentaacético (DTPA).
Para el mercurio se emplea
dimercaprol (BAL) en casos de exposición grave o en pacientes sintomáticos o
D-penicilamina en casos de exposición leve o en pacientes que no presentan
síntomas. Así mismo puede utilizarse un derivado de la penicilamina: la N-acetil-D-penicilamina
(NAP) se ha usado con éxito en pacientes que requieren tratamiento contra la
intoxicación por mercurio.
Para el arsénico el
dimercaprol y la continuación de la terapia se sigue con penicilamina. Así
mismo, en caso de síntomatología recurrente puede emplearse un derivado del
dimercaprol, el succímero
del ácido 2,3 dimercaptosuccínico.
Para el Cadmio se administra EDTA en su forma de edetato de calcio disódico. No se utiliza
el dimercaprol debido a que se ha observado que incrementa la nefrotoxicidad.
La terapia se instaura lo más rápidamente posible porque debido a la
distribución del metal puede llegar a sitios donde el quelante no puede
alcanzarlo.
En la intoxicación por
hierro se puede emplear la deferoxamina.
En la enfermedad de Wilson donde hay un exceso de cobre en el cuerpo, se puede usar la trientina
(trietilentetramina).
Y sin embargo para esta, que
es tan letal, al parecer aún no han tenido tiempo para controlarla.
Para finalizar no me
gustaría terminar sin daros una pequeña receta utilizando los quelantes
naturales de cómo comer todo lo que nos gusta y que se encuentra contaminado.
RECOMENDACIONES
Así que podríamos empezar
por una ensalada que contenga lechuga (clorofila), cebolla (L-metionina), pimientos
(vitaminas y clorofila) y cilantro, aderezándolo después con vinagre de manzana
(EDTA) y sal sin refinar que gracias al cloro y el sodio facilitan el Metabolismo
de las proteínas.
Para la comida del mediodía,
el almuerzo, podemos comer un arroz integral (rico en Zinc y Selenio) con
verduras, o bien unas legumbres (ricas en L-lisina) guisadas con unas menestras que suelen contener coles de bruselas.
Para la comida de la noche,
la cena, podemos comer por ejemplo atún o pez espada (que supuestamente contiene
mercurio), preparamos una salsa verde compuesta por aceite de oliva, ajo picado
(que contiene L-metionina y la L-cisteína), perejil (clorofila) y cilantro,
todo ello muy bien picado; después lo servimos con un adorno de hojas frescas
de cilantro. De postre podemos comernos unos melocotones (ricos en Zinc,
Selenio y vitamina B17).
Cuando se nos antoje comernos un yogur, recordad no tirar el suero (el líquido que suele estar en la superficie), acordaros de la importancia del Glutatión.
Por supuesto, tampoco tenéis que olvidar que
todos estos metales se eliminan por vía renal, por lo que habremos de
hidratarnos muy bien con un agua lo más desmineralizada posible con el fin de
facilitar a nuestros riñones la eliminación de todas estas toxinas con un mínimo esfuerzo.
Finalmente aconsejaros a los que vivís en un
centro urbano con mucha densidad de tráfico, que no os falte nunca en casa el
cilantro y el ajo para que lo uséis de forma prácticamente diaria.
Como siempre si tenéis alguna duda o queréis
alguna aclaración no dudéis en preguntármelo.
Nos vemos.