INTRODUCIÓN, PEQUEÑO RESUMEN DE LA
TEORÍA.
Hay autores que aseguran que la buena
o mala asimilación de los alimentos se encuentra condicionada por nuestro grupo
sanguíneo. La base principal de su teoría radica en la actuación de Las
Lectinas, que son glicoproteínas que se caracterizan por ser capaces de
unirse a carbohidratos específicos. Dado que las lectinas forman
parte de los grupos sanguíneos, en este estudio podremos ver si
existe relación entre estas y algunas enfermedades de orden hematológico.
Todos hemos oído aquello de que “no
existen enfermedades sino enfermos”. Es posible que los resultados de este
estudio nos ayuden a entender en cierto modo esto que tantas veces hemos
escuchado y vivido en nuestra profesión.
Nosotros los seres humanos nos
movemos entre cuatro grupos A, B, AB y 0 en unos porcentajes que todos
conocemos. El grupo más extendido en el
reino animal es el “A”, puesto que lo encontramos en un porcentaje muy elevado
85-95% , a pesar de todo también nos encontramos una mayor variedad que la que nosotros
manejamos, por ejemplo los perros tienen hasta 9 variantes de grupos, los gatos
hasta 11 y las vacas hasta más de 800. A parte de todo esto también las
distintas especies poseen un grupo predominante que las puede caracterizar,
como es el caso de los Chimpancés donde el grupo dominante es el “A” rara vez
el “0” pero ninguno es “B” ni “AB”, sin
embargo en los Gorilas son predominantes el grupo “B” rara vez “0” pero ninguno el “A” ni el “AB”. En el Género Humano como sabemos el
porcentaje mayoritario se encuentra entre el grupo “A” y el “0” aproximadamente
a partes iguales.
Hay un autor, James D'Adamo que
afirma que existe una relación entre los distintos grupos sanguíneos y las
enfermedades.
A principios de la década de los
ochenta James D'Adamo descubre que todos los grupos sanguíneos humanos no
surgieron a la vez, sino que unos lo hicieron antes que otros. Así, la variedad
que hoy existe es fruto de los cambios en las actividades, los hábitos y las
costumbres del hombre, en su adaptación al entorno a lo largo de la historia y
en cómo, resultado de todo lo anterior, fueron modificándo su alimentación. Su
conclusión (que puede ser discutida) es la de que cada grupo sanguíneo es
resultado de un momento de la propia evolución humana:
El tipo O: antígeno O (fucosa) Grupo O: el más antiguo y más básico, cuando todos pertenecían
a ese grupo y ocupaban un espacio concentrado, comían la misma dieta y
respiraban los mismos organismos. (El más antiguo y extendido) tendría más de
40.000 años de existencia (según últimos estudios tendríamos que pensar en
50.000 o 60.000 años) y procedería de los hombres del Cromañón, cuya
alimentación se basaba en la caza y, por lo tanto, en las proteínas de la
carne.
El tipo A: antígeno O (fucosa) +
N-acetil-galactosamina (azúcar A). Grupo A: es el de los primeros inmigrantes forzados por la
necesidad de adaptarse a estilos de vida agrarios (entre 25.000 y 10.000 años)
aparece con las primeras sociedades agrícolas cuya alimentación se basaba en el
consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente
Medio.
El tipo B: antígeno O (fucosa) +
D-galactosamina. (azúcar B) Grupo B: es
el asimilador, adaptado a los nuevos climas y a la mezcla de poblaciones al
emigrar las razas desde África hacia Europa, Asia y América. Se originó en la
región del Himalaya y en los Urales entre las tribus caucásicas y mongoles. Procedería
de las montañas del Himalaya surgiendo aproximadamente entre 15.000 y 10.000
años siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas asiáticas.
El tipo AB: antígeno O, fucosa, +
N-acetil-galactosamina + D-galactosamina. (azúcar AB) Grupo
AB: se encuentra en menos del 5% de la
población. Apareció unos mil años atrás tras una gran migración de pueblos
orientales hacia Occidente, habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y
mongoles (B).
La base principal de su teoría radica
en la actuación de Las Lectinas, que son glicoproteínas presentes tanto
en animales como en vegetales, bacterias o virus, que se caracterizan por ser
capaces de unirse a carbohidratos específicos, libres o que forman parte de
glicoproteínas. Si estos carbohidratos se encuentran en las membranas de los
eritrocitos, las lectinas que los reconocen provocan su aglutinación, por lo
que reciben el nombre de hemaglutininas, o fitohemaglutininas en el caso de ser
lectinas vegetales. Estas proteínas, abundantes y diversas, se encuentran en los
alimentos y tienen propiedades aglutinantes que afectan a la sangre.
Para estos
autores, las bacterias y los microbios que tienen lectinas en su superficie
pueden adherirse a la superficie de mucosas de nuestro organismo, esas lectinas
atacan un órgano o sistema orgánico (riñones, hígado cerebro, estómago) y
comienzan a aglutinar las células en esa zona; con la particularidad de que
algunas de ellas se encuentran también en los alimentos con características muy
similares a ciertos antígenos de la sangre convirtiéndolas en adversarios entre
sí. Esta forma particular de aglutinar otras moléculas de su alrededor suelen
tener la capacidad de crear problemas de salud en los seres humanos, que en
algunos casos pueden cursar como leves y en otros presentar una gran
importancia.
Esta situación se puede ver favorecida por dos condiciones, una digestión incompleta de las proteínas y por una excesiva permeabilidad intestinal. Si existe hiperpermeabilidad intestinal, pero las proteínas se digieren completamente no existe problema; si se digieren completamente y no pueden atravesar la pared intestinal, tampoco se produce reacción; el problema se puede presentar cuando proteínas incompletas pueden atravesar la pared intestinal, una situación que a menudo van juntas.
Por lo tanto,
parece ser que el tipo de sangre es la clave para todo el sistema inmunológico
del organismo, ya que controla la acción de los virus, bacterias, infecciones,
sustancias químicas, estrés y todo tipo de invasiones y elementos que puedan
influir o actuar en el sistema inmune. Por lo que decidimos hacer un estudio
que relacionara los distintos Grupos Sanguíneos con algunas enfermedades
conocidas.
REALIZACIÓN DEL
ESTUDIO.
Hace unos años presenté en un
congreso un estudio que relacionaba los grupos sanguíneos con algunas
enfermedades hematológicas, los resultados fueron muy interesantes y creo que os
van a interesar, a continuación os voy a presentar un resumen de aquel trabajo.
Este estudio lo
realizamos en nuestra área de trabajo, “El Hospital Virgen Macarena”. Pero para poder realizarlo, lo primero que
necesitábamos era conocer el grupo sanguíneo de aquellos pacientes que padecían las
enfermedades que íbamos a estudiar. Por todo ello empezamos eligiendo algunas
de las más frecuentes, unas relacionadas
con la hematología y otras a nivel general, decidiéndonos al final por: Leucemia
aguda, Linfoma, Mieloma, Anemia refractaria, Hemorragias digestivas, e
Insuficiencia renal crónica.
Realizamos el estudio entre los años
2004 y 2005. Los datos recogidos del año 2004 no fueron completos ya que ese
año es cuando comenzaron por primera vez a introducir los datos en el
Departamento de codificación(a pesar de todo los tuvimos en cuenta), sin
embargo los datos recogidos en el 2005 si han sido completos.
Otro apartado del estudio recogió cómo
afectaban los distintos Grupos a las estaciones, lo hicimos en base a esas
creencias en las que al parecer algunas patologías se agravan en ciertas épocas
del año. Al no existir estudios que nos demostrasen que esto era cierto fue por lo que nos
pareció interesante ver si realmente las distintas estaciones llegaban de
alguna forma a influir en el desarrollo de las enfermedades “en nuestro
caso, aquellas que habíamos elegido para el estudio”.
Resultados:
Los resultados nos confirmaron con un
90% de acierto que SI existía relación entre las variables
estudiadas. Por otro lado vimos que no todas las enfermedades se comportan de
la misma forma en todos los grupos, ni en intensidad ni en las estaciones,
existiendo un comportamiento distinto de estas según cada uno de los grupos y
la estación del año en la que nos encontrásemos.
El total de casos
estudiados en el año 2004 fueron de 578 y en el 2005 1425.
En lo que se refiere a la posible
influencia de las estaciones en las enfermedades estudiadas, se realizaron
aquellas correspondientes al año 2005,
ya que los datos recogidos fueron más completos y por lo tanto más exactos que
los del año 2004.
A continuación haremos un breve
comentario sobre los resultados de este año (2005) que incluyen un total de
1425 pacientes estudiados:
Hemorragias Digestivas 567 pacientes:
Grupo A: mejor estación el verano,
siendo la peor el invierno.
Grupo B: mejor estación la primavera,
empeorando conforme vamos acercándonos al invierno.
Grupo AB: las mejores estaciones
parecen ser el invierno, el verano y el otoño, llegando a empeorar en la
estación de la primavera.
Grupo O: peores estaciones invierno y
primavera, mejorando en verano y en otoño.
Insuficiencia
Renal Crónica 498 pacientes
Grupo A: El invierno es la peor
época, siguiéndole el otoño y el verano; siendo la mejor estación la primavera.
Grupo B: mejores estaciones otoño e
invierno luego empieza a empeorar en primavera y verano.
Grupo AB: mejores estaciones son
invierno y verano, empeorando en primavera y otoño.
Grupo O: mejor estación la primavera
seguida del otoño, empeorando después en invierno y verano.
Leucemia Aguda. 49 Pacientes
Grupo A: peores estaciones verano y
primavera. Parece ser que el otoño seguido del invierno son las mejores
estaciones.
Grupo B: parece ser que la mejor época es la primavera
donde no aparece ningún caso.
Grupo AB: primavera y otoño las más afines a esta
enfermedad, las mejores estaciones invierno y el verano.
Grupo O: La primavera seguida
del invierno son las peores épocas.
Linfoma. 49 Pacientes
Grupo A: La peor estación comienza en
Primavera y disminuye en verano, invierno y otoño.
Grupo B: Son pocos casos y la estación que
parece afectarle más es el verano.
Grupo AB: la única estación que parece
venirles bien es la primavera, comenzando a empeorar en verano y otoño para
llegar finalmente al invierno donde aparece como la peor de las estaciones.
Grupo O: La peor estación es el invierno,
mejora en primavera y se estabiliza en verano y otoño.
Grupo A: Primavera y otoño son las peores
estaciones para este grupo. Invierno y verano son las estaciones en las que se
encuentran con menos casos.
Grupo B: El invierno parece ser su peor
estación, se estabiliza en primavera,
aumenta ligeramente en verano y vuelve a estabilizarse en otoño.
Grupo AB: El invierno parece ser su peor
estación, mejorando progresivamente en primavera y verano hasta llegar al otoño
donde el numero de casos disminuye de forma considerable.
Grupo O: La primavera es la peor estación
para este grupo, empezando a bajar en verano, invierno y otoño.
Mieloma.
31 Pacientes
Grupo A: La mejor estación es la primavera y
va empeorando conforme llegamos al verano, aumentado de forma alarmante en el otoño.
Grupo B: La peor estación es el invierno,
manteniéndose estable durante la primavera, el verano y el otoño.
Grupo AB, Este grupo parece estar libre del
padecimiento de esta enfermedad, ya que no aparece ningún caso a lo largo del
año.
Grupo O, Parece ser el más afectado por la
enfermedad ya que es el que mayor grado de incidencia presenta a lo largo del
año, siendo el verano la peor de las estaciones.
Conclusiones del estudio:
En relación al porcentaje de casos según los distintos grupos en
referencia a la media de la población de nuestra área de estudio, encontramos
que cada enfermedad se comporta de forma distinta según el grupo sanguíneo que
se trate.
Las diferentes enfermedades presentan una influencia distinta según la
estación del año en la que nos encontremos, por lo que podemos asegurar la
importancia que la climatología tiene como favorecedora en el proceso
desencadenante de algunas enfermedades en Grupos Sanguíneos diferentes.
Dentro de cada Grupo Sanguíneo podemos ver como el porcentaje de
afectación de cada enfermedad varía
según el grupo del que se trate. Con lo que podríamos afirmar que cada grupo
presenta una susceptibilidad diferente a la hora de padecer una enfermedad
determinada.
Todos los grupos presentan ciclos parecidos excepto el grupo B que es
prácticamente contrario a todos ellos.
Cada estación del año ejerce una influencia diferente en cada uno de los grupos.
NOTA FINAL
Un estudio de seguimiento de un solo año puede hacernos ver
como hay una relación entre los distintos grupos y las enfermedades (al menos
las estudiadas), sin embargo (a pesar de ver la existencia de una especie de
ciclo que se repite) para poder establecer una relación con las estaciones lo ideal
sería ampliar el estudio no sólo a un
mayor número de enfermedades sino también en el tiempo, así podríamos comprobar
si realmente la sensibilidad a padecer cierto tipo de enfermedades se produce
de una forma periódica o no , especialmente aquellas de origen auto-inmune.
No quisiera que nadie pensase que por ser del grupo A; B;
O, o AB nos encontramos condenados a padecer alguna de las enfermedades que
hemos puesto de ejemplo. Con lo que sí creo que deberíamos quedarnos es con la posibilidad
de la existencia, de un posible ciclo (que es diferente para cada grupo) que nos
hace más susceptible a la enfermedad en una época determinada del año. Es por
este motivo por lo que os voy a dar unas recomendaciones para que puedan evitar en
lo posible la digestión incompleta de las proteínas
y la posible excesiva permeabilidad intestinal.
La hiperpermeabilidad intestinal ocurre cuando las paredes
intestinales se inflaman, son atacadas por sustancias dañinas fruto de una
excesiva putrefacción intestinal, o cuando la dieta es insuficiente en
sustancias protectoras.
Aumentan la permeabilidad intestinal:
Exceso de grasas animales. Las grasas saturadas
animales, incluida la mantequilla. Además, el exceso de grasas, fritos, etc.
puede provocar una excesiva secreción de bilis, que dañe la pared intestinal.
Exceso de proteína animal. Una dieta con abundantes alimentos
vegetales: verduras, cereales integrales, legumbres, algas… promueven el
desarrollo de bacterias intestinales beneficiosas: Lactobacilus acidofilus, y
Bifidus.
Algunos medicamentos: los antibióticos, que
dañan la flora intestinal beneficiosa, las aspirinas, que son corrosivas para
la mucosa digestiva (por eso no deben tomarse con el estómago vacío), las
drogas esteroideas.
Los aditivos alimentarios pueden tener muy variados efectos sobre la mucosa.
Son irritantes de la mucosa intestinal el café, el cacao, el alcohol, el tabaco, el azúcar, algunas
especias.
Intolerancias alimentarias, que causan fermentación
de aquellos nutrientes que no pueden digerirse correctamente (lactosa, gluten,
caseína, etc.), cuyos subproductos (entre otros alcohol) irritan la
mucosa.
Insuficiente aporte de ácidos grasos poliinsaturados (omega-3 y
omega-6), que confieren elasticidad y adaptabilidad a las membranas de
las células intestinales, lo que también influye en el grado de permeabilidad
de la mucosa.
Nos vemos