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miércoles, 19 de septiembre de 2012

¿Existe alguna relación entre el grupo sanguíneo y la enfermedad?



INTRODUCIÓN, PEQUEÑO RESUMEN DE LA TEORÍA.

Hay autores que aseguran que la buena o mala asimilación de los alimentos se encuentra condicionada por nuestro grupo sanguíneo. La base principal de su teoría radica en la actuación de Las Lectinas, que son glicoproteínas que se caracterizan por ser capaces de unirse a carbohidratos específicos. Dado que las lectinas forman parte de los grupos sanguíneos, en este estudio  podremos ver si existe relación entre estas y algunas enfermedades de orden hematológico. 

Todos hemos oído aquello de que “no existen enfermedades sino enfermos”. Es posible que los resultados de este estudio nos ayuden a entender en cierto modo esto que tantas veces hemos escuchado y vivido en nuestra profesión. 

Nosotros los seres humanos nos movemos entre cuatro grupos A, B, AB y 0 en unos porcentajes que todos conocemos.  El grupo más extendido en el reino animal es el “A”, puesto que lo encontramos en un porcentaje muy elevado 85-95% , a pesar de todo también nos encontramos  una mayor variedad que la que nosotros manejamos, por ejemplo los perros tienen hasta 9 variantes de grupos, los gatos hasta 11 y las vacas hasta más de 800. A parte de todo esto también las distintas especies poseen un grupo predominante que las puede caracterizar, como es el caso de los Chimpancés donde el grupo dominante es el “A” rara vez el “0” pero ninguno es “B” ni  “AB”, sin embargo en los Gorilas son predominantes el grupo “B” rara vez  “0” pero ninguno el “A” ni el “AB”.  En el Género Humano como sabemos el porcentaje mayoritario se encuentra entre el grupo “A” y el “0” aproximadamente a partes iguales.
Hay un autor, James D'Adamo que afirma que existe una relación entre los distintos grupos sanguíneos y las enfermedades. 

A principios de la década de los ochenta James D'Adamo descubre que todos los grupos sanguíneos humanos no surgieron a la vez, sino que unos lo hicieron antes que otros. Así, la variedad que hoy existe es fruto de los cambios en las actividades, los hábitos y las costumbres del hombre, en su adaptación al entorno a lo largo de la historia y en cómo, resultado de todo lo anterior, fueron modificándo su alimentación. Su conclusión (que puede ser discutida) es la de que cada grupo sanguíneo es resultado de un momento de la propia evolución humana: 

El tipo O: antígeno O (fucosa) Grupo O: el más antiguo y más básico, cuando todos pertenecían a ese grupo y ocupaban un espacio concentrado, comían la misma dieta y respiraban los mismos organismos. (El más antiguo y extendido) tendría más de 40.000 años de existencia (según últimos estudios tendríamos que pensar en 50.000 o 60.000 años) y procedería de los hombres del Cromañón, cuya alimentación se basaba en la caza y, por lo tanto, en las proteínas de la carne. 

 El tipo A: antígeno O (fucosa) + N-acetil-galactosamina (azúcar A). Grupo A: es el de los primeros inmigrantes forzados por la necesidad de adaptarse a estilos de vida agrarios (entre 25.000 y 10.000 años) aparece con las primeras sociedades agrícolas cuya alimentación se basaba en el consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio.  
 
El tipo B: antígeno O (fucosa) + D-galactosamina. (azúcar B) Grupo B: es el asimilador, adaptado a los nuevos climas y a la mezcla de poblaciones al emigrar las razas desde África hacia Europa, Asia y América. Se originó en la región del Himalaya y en los Urales entre las tribus caucásicas y mongoles. Procedería de las montañas del Himalaya surgiendo aproximadamente entre 15.000 y 10.000 años siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas asiáticas. 

El tipo AB: antígeno O, fucosa, + N-acetil-galactosamina + D-galactosamina. (azúcar AB) Grupo AB: se encuentra en menos del 5% de la población. Apareció unos mil años atrás tras una gran migración de pueblos orientales hacia Occidente, habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles (B).  

La base principal de su teoría radica en la actuación de Las Lectinas, que son glicoproteínas presentes tanto en animales como en vegetales, bacterias o virus, que se caracterizan por ser capaces de unirse a carbohidratos específicos, libres o que forman parte de glicoproteínas. Si estos carbohidratos se encuentran en las membranas de los eritrocitos, las lectinas que los reconocen provocan su aglutinación, por lo que reciben el nombre de hemaglutininas, o fitohemaglutininas en el caso de ser lectinas vegetales. Estas proteínas, abundantes y diversas, se encuentran en los alimentos y tienen propiedades aglutinantes que afectan a la sangre.  

Para estos autores, las bacterias y los microbios que tienen lectinas en su superficie pueden adherirse a la superficie de mucosas de nuestro organismo, esas lectinas atacan un órgano o sistema orgánico (riñones, hígado cerebro, estómago) y comienzan a aglutinar las células en esa zona; con la particularidad de que algunas de ellas se encuentran también en los alimentos con características muy similares a ciertos antígenos de la sangre convirtiéndolas en adversarios entre sí. Esta forma particular de aglutinar otras moléculas de su alrededor suelen tener la capacidad de crear problemas de salud en los seres humanos, que en algunos casos pueden cursar como leves y en otros presentar una gran importancia. 



Esta situación se puede ver favorecida por dos condiciones, una digestión incompleta de las proteínas y por una excesiva permeabilidad intestinal. Si existe hiperpermeabilidad intestinal, pero las proteínas se digieren completamente no existe problema; si se digieren completamente y no pueden atravesar la pared intestinal, tampoco se produce reacción; el problema se puede presentar cuando proteínas incompletas pueden atravesar la pared intestinal, una situación que a menudo van juntas.
Por lo tanto, parece ser que el tipo de sangre es la clave para todo el sistema inmunológico del organismo, ya que controla la acción de los virus, bacterias, infecciones, sustancias químicas, estrés y todo tipo de invasiones y elementos que puedan influir o actuar en el sistema inmune. Por lo que decidimos hacer un estudio que relacionara los distintos Grupos Sanguíneos con algunas enfermedades conocidas.

REALIZACIÓN DEL ESTUDIO.
Hace unos años presenté en un congreso un estudio que relacionaba los grupos sanguíneos con algunas enfermedades hematológicas, los resultados fueron muy interesantes y creo que os van a interesar, a continuación os voy a presentar un resumen de aquel trabajo. 

Este estudio lo realizamos en nuestra área de trabajo, “El Hospital Virgen Macarena”.   Pero para poder realizarlo, lo primero que necesitábamos era conocer el grupo sanguíneo de aquellos pacientes que padecían las enfermedades que íbamos a estudiar. Por todo ello empezamos eligiendo algunas de las más frecuentes, unas  relacionadas con la hematología y otras a nivel general, decidiéndonos al final por: Leucemia aguda, Linfoma, Mieloma, Anemia refractaria, Hemorragias digestivas, e Insuficiencia renal crónica

Realizamos el estudio entre los años 2004 y 2005. Los datos recogidos del año 2004 no fueron completos ya que ese año es cuando comenzaron por primera vez a introducir los datos en el Departamento de codificación(a pesar de todo los tuvimos en cuenta), sin embargo los datos recogidos en el 2005 si han sido completos. 

Otro apartado del estudio recogió cómo afectaban los distintos Grupos a las estaciones, lo hicimos en base a esas creencias en las que al parecer algunas patologías se agravan en ciertas épocas del año. Al no existir estudios que nos demostrasen  que esto era cierto fue por lo que nos pareció interesante ver si realmente las distintas estaciones llegaban de alguna forma a influir en el desarrollo de las enfermedades “en nuestro caso,  aquellas que habíamos  elegido para el estudio”

Resultados: 
Los resultados nos confirmaron con un 90% de acierto que SI existía relación entre las variables estudiadas. Por otro lado vimos que no todas las enfermedades se comportan de la misma forma en todos los grupos, ni en intensidad ni en las estaciones, existiendo un comportamiento distinto de estas según cada uno de los grupos y la estación del año en la que nos encontrásemos.
El total de casos estudiados en el año 2004 fueron de 578 y en el 2005 1425.
En lo que se refiere a la posible influencia de las estaciones en las enfermedades estudiadas, se realizaron aquellas  correspondientes al año 2005, ya que los datos recogidos fueron más completos y por lo tanto más exactos que los del año 2004.
A continuación haremos un breve comentario sobre los resultados de este año (2005) que incluyen un total de 1425 pacientes estudiados:

Hemorragias Digestivas 567 pacientes:
Grupo A: mejor estación el verano, siendo la peor el invierno.
Grupo B: mejor estación la primavera, empeorando conforme vamos acercándonos al invierno.
Grupo AB: las mejores estaciones parecen ser el invierno, el verano y el otoño, llegando a empeorar en la estación de la primavera.
Grupo O: peores estaciones invierno y primavera, mejorando en verano y en otoño.

Insuficiencia Renal Crónica 498 pacientes 
Grupo A: El invierno es la peor época, siguiéndole el otoño y el verano; siendo la mejor estación la primavera.
Grupo B: mejores estaciones otoño e invierno luego empieza a empeorar en primavera y verano.
Grupo AB: mejores estaciones son invierno y verano, empeorando en primavera y otoño.
Grupo O: mejor estación la primavera seguida del otoño, empeorando después en invierno y verano. 

Leucemia Aguda. 49 Pacientes
Grupo A: peores estaciones verano y primavera. Parece ser que el otoño seguido del invierno son las mejores estaciones.
Grupo B:  parece ser que la mejor época es la primavera donde no aparece ningún caso.
Grupo AB:  primavera y otoño las más afines a esta enfermedad, las mejores estaciones invierno y el verano.
Grupo O: La primavera seguida del invierno son las peores épocas. 

Linfoma. 49 Pacientes
Grupo A: La peor estación comienza en Primavera y disminuye en verano, invierno y otoño.
Grupo B: Son pocos casos y la estación que parece afectarle más es el verano.
Grupo AB: la única estación que parece venirles bien es la primavera, comenzando a empeorar en verano y otoño para llegar finalmente al invierno donde aparece como la peor de las estaciones.
Grupo O: La peor estación es el invierno, mejora en primavera y se estabiliza en verano y otoño. 

Anemia Refractaria. 190 Pacientes
Grupo A: Primavera y otoño son las peores estaciones para este grupo. Invierno y verano son las estaciones en las que se encuentran con menos casos.
Grupo B: El invierno parece ser su peor estación,  se estabiliza en primavera, aumenta ligeramente en verano y vuelve a estabilizarse en otoño.
Grupo AB: El invierno parece ser su peor estación, mejorando progresivamente en primavera y verano hasta llegar al otoño donde el numero de casos disminuye de forma considerable.
Grupo O: La primavera es la peor estación para este grupo, empezando a bajar en verano, invierno y otoño. 
           
Mieloma. 31 Pacientes
Grupo A: La mejor estación es la primavera y va empeorando conforme llegamos al verano, aumentado de forma alarmante en el otoño.
Grupo B: La peor estación es el invierno, manteniéndose estable durante la primavera, el verano y el otoño.
Grupo AB, Este grupo parece estar libre del padecimiento de esta enfermedad, ya que no aparece ningún caso a lo largo del año. 
Grupo O, Parece ser el más afectado por la enfermedad ya que es el que mayor grado de incidencia presenta a lo largo del año, siendo el verano la peor de las estaciones.

Conclusiones del estudio: 

En relación al porcentaje de casos según los distintos grupos en referencia a la media de la población de nuestra área de estudio, encontramos que cada enfermedad se comporta de forma distinta según el grupo sanguíneo que se trate.  

Las diferentes enfermedades presentan una influencia distinta según la estación del año en la que nos encontremos, por lo que podemos asegurar la importancia que la climatología tiene como favorecedora en el proceso desencadenante de algunas enfermedades en Grupos Sanguíneos diferentes. 

Dentro de cada Grupo Sanguíneo podemos ver como el porcentaje de afectación de cada enfermedad  varía según el grupo del que se trate. Con lo que podríamos afirmar que cada grupo presenta una susceptibilidad diferente a la hora de padecer una enfermedad determinada.  

Todos los grupos presentan ciclos parecidos excepto el grupo B que es prácticamente contrario a todos ellos.

Cada estación del año ejerce una influencia diferente en cada uno  de los grupos.


NOTA FINAL

Un estudio de seguimiento de un solo año puede hacernos ver como hay una relación entre los distintos grupos y las enfermedades (al menos las estudiadas), sin embargo (a pesar de ver la existencia de una especie de ciclo que se repite) para poder establecer una relación con las estaciones lo ideal sería  ampliar el estudio no sólo a un mayor número de enfermedades sino también en el tiempo, así podríamos comprobar si realmente la sensibilidad a padecer cierto tipo de enfermedades se produce de una forma periódica o no , especialmente aquellas de origen auto-inmune. 

No quisiera que nadie pensase que por ser del grupo A; B; O, o AB nos encontramos condenados a padecer alguna de las enfermedades que hemos puesto de ejemplo. Con lo que sí creo que deberíamos quedarnos es con la posibilidad de la existencia, de un posible ciclo (que es diferente para cada grupo) que nos hace más susceptible a la enfermedad en una época determinada del año. Es por este motivo por lo que os voy a dar unas recomendaciones para que puedan evitar en lo posible la digestión incompleta de las proteínas y la posible excesiva permeabilidad intestinal.



La hiperpermeabilidad intestinal ocurre cuando las paredes intestinales se inflaman, son atacadas por sustancias dañinas fruto de una excesiva putrefacción intestinal, o cuando la dieta es insuficiente en sustancias protectoras.

Aumentan la permeabilidad intestinal:

Exceso de grasas animales. Las grasas saturadas animales, incluida la mantequilla. Además, el exceso de grasas, fritos, etc. puede provocar una excesiva secreción de bilis, que dañe la pared intestinal. 

Exceso de proteína animal. Una dieta con abundantes alimentos vegetales: verduras, cereales integrales, legumbres, algas… promueven el desarrollo de bacterias intestinales beneficiosas: Lactobacilus acidofilus, y Bifidus. 

Algunos medicamentos: los antibióticos, que dañan la flora intestinal beneficiosa, las aspirinas, que son corrosivas para la mucosa digestiva (por eso no deben tomarse con el estómago vacío), las drogas esteroideas. 

Los aditivos alimentarios pueden tener muy variados efectos sobre la mucosa. 

Son irritantes de la mucosa intestinal el café, el cacao, el alcohol, el tabaco, el azúcar, algunas especias. 

Intolerancias alimentarias, que causan fermentación de aquellos nutrientes que no pueden digerirse correctamente (lactosa, gluten, caseína, etc.), cuyos subproductos (entre otros alcohol) irritan la mucosa.  

Insuficiente aporte de ácidos grasos poliinsaturados (omega-3 y omega-6), que confieren elasticidad y adaptabilidad a las membranas de las células intestinales, lo que también influye en el grado de permeabilidad de la mucosa.

Nos vemos

sábado, 8 de septiembre de 2012

La mujer a partir de los 45 años


En atención a la petición de Angelines, hoy vamos a tocar un tema estrechamente relacionado con la mujer. Ésta época por la que pasa toda mujer, es un hecho natural que normalmente ocurre entre los 45 y 55 años de edad, y donde se dan dos procesos que se conocen como climaterio y menopausia.

Vamos a ver como se definen estos dos procesos: El climaterio según la Federación Internacional de Ginecología y Obstrecticia (FIGO), es el periodo de tiempo que se extiende desde la madurez a la senectud. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una etapa de la vida de la mujer de límites imprecisos situada entre los 45 y los 64 años de edad. La menopausia desde el punto de vista ginecológico lo que hace es señalar un hecho puntual, el final de la regla; durante este proceso, los ovarios de una mujer dejan de producir óvulos y producen menos estrógeno y progesterona.

Hasta aquí unas definiciones, quizás un poco frías porque creo que el verdadero problema en la mujer no son tanto los trastornos físicos que se presentan, como las repercusiones psicológicas que conlleva. Por lo tanto me gustaría que tuviésemos claro que se trata de una fase de transición compleja en la que se van a dar tanto factores biológicos como psicológicos, sociales y culturales.

Estudios antropológicos dicen que el tema de la menopausia no es nada nuevo, parece ser que en algún momento de la evolución del ser humano, la influencia de las abuelas en la crianza de los hijos fue decisiva para determinar la supervivencia de los grupos.

Un estudio realizado por Kristen Hawkes y Cols  en el grupo de los Hazda, colectores- cazadores de Tanzania, proporcionaron evidencias convincentes de la contribución que las mujeres posmenopáusicas aportaban al grupo, concretamente para la supervivencia de los nietos. Otros estudios realizados en Japón de la época de Tokugawa, confirmaron también que la presencia de la abuela materna era un factor significativo para la supervivencia de los pequeños. 

También podemos ver como situaciones de cuidados a personas mayores, jubilaciones, divorcio o incluso viudez se dan alrededor de la menopausia, casualmente podemos observar que en este periodo los niños ya han crecido y empiezan a marcharse de casa.

Con esto, quiero que intentéis ver como todos los procesos (en general) se encuentran relacionados y están “justificados”, el tema es tan importante que existen países que han profundizado más en la interrelación que tienen las abuelas en la familia. Un estudio realizado en Finlandia y Canadá encontró que las mujeres que vivieron un período post-reproductivo prolongado tenían mayor número de nietos (Se entiende que gracias a su menopausia les permitió mejorar la capacidad reproductiva de sus hijas). Por otro lado también pudo verse de una forma notable, que las mujeres con menos nietos tuvieron un mayor índice de mortalidad, con lo que se llegó a la conclusión de que existía una interacción de beneficio mutuo para la salud tanto de los nietos como de las abuelas.


Centrándonos ya en nuestro tema, a estas edades aparecen principalmente dos problemas:
a) Los psicológicos
b) Los físicos.


Vamos a empezar por los Psicológicos:

Parece ser que las ansiedades, la dificultad de concentración, la exageración al menor problema, la fácil irritabilidad, el olvido y los cambios de humor son los problemas más típicos. Sin embargo, aparte del problema que plantea la pérdida de la capacidad reproductiva (que actualmente no es realmente un problema importante para la mujer) y coincidiendo con la opinión de algunos sociólogos, la aparición de los síntomas en la menopausia podría considerarse como un constructo cultural inducido por una sociedad moderna que sobrevalora en demasía a la juventud y por lo tanto margina a los adultos y mayores. Esta situación podría dar lugar a la aparición de sentimientos como los de: ya no valgo igual que antes, no sentirse deseable, o incluso miedo a envejecer, pudiendo existir el riesgo de darse incluso un rechazo hacia una misma.


Por lo tanto, lo primero que hemos de tener en cuenta, es que se trata de un proceso natural dentro de la evolución de la mujer. Es una etapa de la vida que aunque no lo parezca, también afecta a los hombres, y no por el hecho fisiológico en sí, sino que a nivel emocional pasamos todos por una época en la que como consecuencia de todo los que nos ha rodeado y que aún se encuentra a nuestro alrededor, como son los conflictos diarios de la vida cotidiana (familiares, laborales, etc.) que junto a la influencia de los medios de comunicación, (que si os fijáis tan solo dan noticias malas, “nunca ocurre nada bueno en el mundo”) nos llevan a “pensar” siempre en negativo; una situación que facilita que nuestro estado de ánimo disminuya, llegando a modificar nuestro estado de bienestar, tanto físico como psíquico.


Vivimos en un sistema de mercado en el que lo que interesa en vender. Vivimos la cultura del miedo, una emoción que es aprovechada por todos los medios y que facilita la manipulación del ser humano con el fin de estimular el consumo. El miedo impide que el ser humano avance en todos los sentidos y favorece la depresión del sistema inmunológico. No sé si sabréis porqué motivo a los pacientes que se van a intervenir les dan un sedante antes de la operación, los pacientes que se encuentran muy asustados pueden presentar serias complicaciones durante la intervención, como hemorragias abundantes o ser susceptibles de padecer infecciones y por lo tanto necesitan más tiempo para que se puedan recuperar. El pánico y la ansiedad elevan la presión sanguínea y por lo tanto la dilatación de las venas por lo que existe un mayor riesgo de hemorragias y sangrado.

Hemos de aprender a no dejarnos influir por el medio en el que nos encontremos, bien sea laboral, familiar o social, hemos de hacer en todo momento aquello que consideremos que debemos hacer (con nuestros aciertos y nuestros errores).

 Problemas físicos:

Uno de los temas que más preocupa a Angelines es la silueta. Los famosos michelines desde el punto de vista de la alimentación, aparte de la vida sedentaria que solemos llevar, suele ir acompañado de una mala metabolización de las vitaminas del grupo B, este grupo de vitaminas para que puedan ser metabolizados necesitan un elevado nivel de secreción gástrica, y esta empieza a disminuir cuando nuestro estado de ánimo (entre otros factores) se encuentra disminuido.

Además de la mala metabolización de la vitamina B, también pueden aparecer problemas de anemia y descalcificaciones, problemas que se encuentran estrechamente relacionados con la falta de secreción. Un estado anímico bajo va a favorecer su disminución y por lo tanto ninguno de estos tres grupos de alimentos van a poder ser aprovechados en su totalidad. Otro factor que hemos de tener en cuenta en relación con el calcio, es que conforme vamos avanzando en edad, suelen aparecer enfermedades que conllevan una anticoagulación, por lo que una parte de la población va a encontrarse anticoagulada. Los anticoagulantes lo que hacen es bloquear la síntesis de la vitamina K, esta vitamina es muy importante para la formación del hueso, lo que explicaría algunos de los problemas que aparecen al inicio del tratamiento como la perdida de alguna pieza dentaria. Por este motivo es importante que la absorción del calcio en especial, la potenciemos a través de la alimentación, y eso es lo que a continuación vamos a ver como se hace.



En líneas generales, la solución ideal para el problema de la menopausia sería combatir esas emociones negativas, pero como sé que es difícil, vamos a ver cómo nos podemos ayudar a través de los alimentos:

Las Legumbres:

En primer lugar lo que tenemos que intentar es aportar estrógenos. Las legumbres, son muy importantes, especialmente los garbanzos ya que son ricos en Fitoestrógenos. Son alimentos vivos, su riqueza en enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales, vitaminas y oligoelementos vivos los convierte en alimentos completos que contribuyen a corregir las carencias de la alimentación que tenemos hoy día. Hay que comerlos con verduras (sin proteínas de ningún tipo); y en esa comida no podemos comer postre alguno, es decir se comerán solos. El motivo de por qué hay que come rlos de esta forma, es que las legumbres son semillas que en su composición (entre otros componentes) contienen principalmente proteínas e hidratos de carbono (se trata de una planta “en potencia” que contiene todos aquellos componentes que va a necesitar para brotar y desarrollarse hasta que pueda nutrirse del suelo), por ese motivo se suele echar en agua el día antes, para que pueda perder la mayor cantidad de los hidratos que contiene y sea lo más rico posible en proteínas y vitaminas siendo de esta forma más digestivos y tolerados (lo ideal sería comerlos cuando empiezan a germinar, pero bueno habría que esperar varios días). Me imagino que algunos de vosotros estaréis pensando porqué no incorporo la soja dentro de este grupo, el motivo es que no soy partidario de tomar alimentos que no pertenezcan ni a la cultura ni al lugar donde estemos viviendo, más adelante hablaremos de porque hemos de ajustarnos a una alimentación donde predominen aquellos alimentos que se desarrollen de forma natural en aquellas zonas donde vivimos.

Las Carnes:

Las carnes (comeremos preferentemente alimentos ricos en músculos, como pueden ser el jamón, almejas, berberechos, navajas, muslos de pollo, muslos de pavo, etc.) pescados, o huevos, (lo que no quiere decir que en un momento dado no se pueda comer cualquier otro alimento), se deberán comer asados o a la plancha, pero lo más importante es que hay que comerlos acompañados de piña (preferentemente natural o en su defecto en su jugo) además de las verduras que queráis incorporar (os aconsejo que siempre sean de temporada). La importancia de la piña es que esta contiene bromelina, una enzima muy parecida a las digestivas por lo que de esta forma nos aseguramos que el calcio, el hierro y la vitamina B se puedan aprovechar mejor.


Los Hidratos de Carbono:

Finalmente no hemos de olvidar el arroz, pastas, etc. (procurando que sean integrales). Este grupo de alimentos hará que el triptófano pueda llegar al cerebro y por lo tanto facilitar que nos relajemos.






Para terminar me gustaría que no olvidaseis que la Menopausia o Climaterio se trata de un proceso natural dentro de la evolución de la mujer.