Introducción:
Hoy vamos a
hablar de la fibromialgia, una patología sobre la que muchos profesionales
(como afirma el Ministerio de Sanidad) aún se plantean la duda de aceptarla
como una enfermedad con una fisiopatología diferenciada.
Para este estudio me voy a basar
principalmente en un informe editado por el Ministerio de Sanidad, Política
Social e Igualdad publicado en el año 2011.
Empezaremos por definir ¿Qué es
la fibromialgia?
Podríamos definirla como un
trastorno que se encuentra asociado a un dolor músculoesquelético crónico y
generalizado que se presenta asociado a síntomas de fatiga, problemas de
memoria e incluso estados de ánimo. En este tipo de pacientes, la presencia del
dolor crónico suele coexistir con otros síntomas como los de fatiga y problemas
de sueño, incluso pueden aparecer parestesias, rigidez articular, cefaleas,
sensación de tumefacción en manos, ansiedad, depresión, problemas de
concentración y memoria.
En España, en el estudio EPISER 2000, una de las
encuestas poblacionales más amplias publicadas, dice que en el día de la
entrevista, el 8,1 % de las personas encuestadas refería dolor
músculoesquelético generalizado y un 5,1 % del total cumplía todos los
requisitos para poder considerarlo como crónico (duración superior a los tres
meses). La mayor parte de estos pacientes presentaban dolor a la palpación en
varias zonas del cuerpo. Cuando este dolor generalizado que suele durar al menos
tres meses, presenta una presión moderada en la exploración física desencadenando dolor en
más de 11 puntos sobre 18 previamente definidos, se puede afirmar que el paciente
cumple los criterios para padecer una fibromialgia (FM). Según este estudio,
existe un claro predominio en las mujeres (4,2% frente al 0,2% en los hombres)
con un pico de prevalencia entre 40 y 49 años.
Cuál es su frecuencia
En realidad no se conoce con
exactitud la base fisiopatológica de la FM, sin embargo se han identificado
algunos factores que se podrían asociar al riesgo de padecerla, los más
importantes son:
1º) Como hemos visto antes, el
primero es el sexo, la gran mayoría de las personas afectadas son mujeres, en
una proporción de 9(mujeres) por cada 1(varón).
2º) Se detecta una mayor
frecuencia entre familiares de primer grado.
3º) Presencia de cefaleas crónicas
y dolores lumbares y pélvico, colon irritable, etc.
4º) Aparición de estrés emocional
significativo. Se ha descubierto que el riesgo de presentar un trastorno
depresivo era tres veces superior en los pacientes con FM. Si se observaron
diferencias en el riesgo de tener antecedentes y/o criterios actuales de
padecer trastornos de ansiedad, trastornos obsesivo- compulsivos y trastornos
de estrés pos-traumáticos, siendo 5 veces superior en la población afectada de
FM, por lo que los resultados apuntan a que algunos trastornos emocionales
pueden ser más frecuentes en personas con FM.
Este tipo de pacientes cuando se les pregunta que les ocurre, suelen
expresarse como: “me duele todo” , ”mejor te digo lo que no me duele”, “me
duele desde siempre”, o “me duele desde los pies a la cabeza”.
Como es su mecanismo de acción
Según los últimos estudios, la
principal alteración detectada en este tipo de pacientes es una disfunción del sistema nocioceptivo (luego veremos de qué se trata), este sistema es el responsable
de la detección de amenazas a través de la elaboración y modulación del dolor, de la activación de los mecanismos de alerta y del estrés y sus consiguientes
respuestas fisiológicas adaptativas. Responde diferencialmente a estímulos
psico-físicos de diversa índole como pueden ser los mecánicos, térmicos,
eléctricos, auditivos o psicológicos anticipatorios. Al parecer este tipo de pacientes detectan de
una forma correcta los estímulos con la salvedad de que el umbral de
estimulación que se requiere para que el traslado de un estímulo sensorial
relacionado con una posible amenaza se encuentra significativamente disminuido, este descenso del umbral del dolor se encuentra bastante extendido en este tipo de pacientes.
Que es el sistema nocioceptivo y
cómo funciona
La nociocepción se trata del
proceso neuronal mediante el cual se codifican y procesan los estímulos
potencialmente dañinos para los tejidos, es una actividad que se produce en el
sistema nervioso periférico y central por aquellos estímulos que potencialmente
pueden ser dañinos para los tejidos, es el tipo de dolor que se siente cuando
se sufre una quemadura, se tuerce un tobillo o nos damos un golpe en un dedo
del pie.
Cuáles son sus causas
En realidad no se conoce una
causa concreta que desencadene esta enfermedad, sin embargo se piensa en
algunas otras posibles como: La aparición de un trauma físico o emocional, una
respuesta anormal al dolor, alteraciones del sueño, infecciones o incluso la
posibilidad de que se trate de un virus (aunque aún no se ha identificado
ninguno).
Se sabe que es más frecuente en
mujeres en edades comprendidas entre los 20 a 50 años que en los hombres. Sin
embargo existen algunas afecciones donde sus síntomas podrían hacer pasar por
alto una Fibromialgia: Dolores crónicos del cuello espalda, síndrome de fatiga
crónica, depresión, hipotiroidismo o trastornos del sueño.
El principal síntoma es el dolor
que puede presentarse leve o intenso, es un dolor generalizado que se agrava
con el estrés, estados emocionales, fatiga, problemas de sueño, frío o incluso la
actividad física mantenida. Suele ir acompañado de rigidez articular matutina y
puede presentarse con parestesias en manos y pies. Otros síntomas que con
frecuencia pueden acompañar a una fibromialgia son los acufenos, la
inestabilidad, las alteraciones de concentración o de memoria o incluso una
disfunción temporomandibular, también suelen presentar con una relativa
frecuencia intolerancias hacia estímulos olfativos y auditivos, por lo que
habría de tener en cuenta también aquellas condiciones relacionadas con el
entorno que de cierta forma pudiesen perjudicarle.
Para poder asegurarnos de padecer
una fibromialgia, se necesita una historia de dolor generalizado al menos durante
tres meses además de encontrarse presente en todas las siguientes áreas: lado
derecho e izquierdo del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura y en el
esqueleto axial, es decir, columna cervical, pared torácica anterior, y columna
dorsal o lumbar.
Debe existir un dolor a la presión
al menos en 11 de los 18 puntos (nueve pares) relacionados con áreas muy
sensibles para estímulos mecánicos.
Occipucio: en las inserciones de los músculos suboccipitales (entre apófisis mastoide y protuberancia occipital externa).
Cervical bajo: en la cara anterior de los espacios intertransversos a la altura de C5-C7.
Trapecio: en el punto medio del borde posterior.
Supraespinoso: en sus orígenes, por encima de la espina de la escápula, cerca de su borde medial.
Segunda costilla: en la unión osteocondral.
Epicóndilo: distal a 2 cm y lateralmente al epicóndilo.
Glúteo: en el cuadrante supero-externo de la nalga.
Trocánter mayor: en la parte posterior de la prominencia trocantérea.
Rodilla: en la almohadilla grasa medial próxima a la línea articular.
Occipucio: en las inserciones de los músculos suboccipitales (entre apófisis mastoide y protuberancia occipital externa).
Cervical bajo: en la cara anterior de los espacios intertransversos a la altura de C5-C7.
Trapecio: en el punto medio del borde posterior.
Supraespinoso: en sus orígenes, por encima de la espina de la escápula, cerca de su borde medial.
Segunda costilla: en la unión osteocondral.
Epicóndilo: distal a 2 cm y lateralmente al epicóndilo.
Glúteo: en el cuadrante supero-externo de la nalga.
Trocánter mayor: en la parte posterior de la prominencia trocantérea.
Rodilla: en la almohadilla grasa medial próxima a la línea articular.
Por lo tanto es muy importante que se tenga en cuenta un
estudio detallado que nos permita una valoración integral del dolor, de la
funcionalidad y del contexto psicosocial.
Alimentación
En este tipo de enfermedad hemos
de tener una preferencia por una alimentación rica en legumbres, verduras,
frutas dulces (peras y manzanas), patatas guisadas únicamente con verduras (por
supuesto aceite, especias, etc.), pastas integrales o arroz integral; y no
abusar de las proteínas que tan solo las comeremos por la noche y siempre
acompañadas por verduras, os recomiendo que sean preferentemente pescados blancos,
o muslos de pollo o pavo. En lo que se refiere a las especias, muy recomendable
el uso del cilantro, por otro lado usar agua lo más desmineralizada posible; por último recomendaros que a media mañana o media tarde comáis nueces acompañadas
de manzanas o almendras con peras peladas.
De todas formas creo que sería importante
que siguierais la dieta recomendada en el artículo que habla de los metales
pesados, ya que existen estudios que parecen relacionar al mercurio y el
arsénico con este problema.
Posible relación emocional
Como hemos hecho en otras
ocasiones voy a ver si consigo hacer un perfil que pudiese relacionarse en este
tipo de pacientes.
Ya hemos visto que es más
frecuente en mujeres que en hombres, por lo tanto vamos a partir de la teoría de que
se trata de una mujer entre 40 y 49 años. Unos meses antes de la aparición de
los síntomas que caracterizan a esta enfermedad, podría haber ocurrido algún
hecho en su vida que le habría originado un pequeño trauma emocional, posiblemente causado por un
accidente de algún familiar, amigo íntimo, enfermedad, fallecimiento, etc. Puede que esta situación desde que se produjo se haya convertido en una obsesión día tras día, es decir, que no deja de darle vueltas una y otra vez. Este tipo de aptitud podría terminar desencadenando contracturas a nivel de los trapecios y cuello, y por lo tanto afectando aspectos como la movilidad, la
flexibilidad y la actividad.
La característica principal en
este tipo de pacientes es “el dolor”. El dolor físico (según algunos autores)
se encuentra muy vinculado al sentimiento de culpa, y la fibromialgia se caracteriza
principalmente por dolores casi generalizados por todo el cuerpo. Si esta
teoría es cierta, este tipo de pacientes podrían tener un sentimiento de culpa por algo que haya ocurrido y del que piensen que podrían haber evitado mediante su intervención.
Entiendo que en cierta medida a
través del sentimiento de culpa intentemos buscar una especie de auto castigo,
pero me gustaría deciros que nadie debe sentirse culpable por algo que le haya
ocurrido a otra persona, aunque se trate de un ser muy querido para nosotros.
Finalmente para terminar me gustaría deciros que cada persona es dueña de su propio destino y por lo tanto responsable de todo lo que le ocurra en la vida.
Finalmente para terminar me gustaría deciros que cada persona es dueña de su propio destino y por lo tanto responsable de todo lo que le ocurra en la vida.
Como siempre si queréis ampliar información podéis verlo en los enlaces que se encuentran a continuación en la bibliografía,
Algunas referencias
bibliográficas